Wattpad Paradox

5

—Ay... que noche la de anoche... —susurro Jhon antes de estirarse hacia el cielo, sin embargo no tardo mucho en voltear a su lado, Moon aun continuaba acostada en su cama.
Sin embargo la muchacha ya había estado despierta desde hace rato, en ese momento solo estaba recostada junto a su pareja, observándolo en silencio con una tenue sonrisa que invitaba a un segundo round.

—Buenos días... —saludo la rubia mientras permanecía con la sabana apenas hasta la cintura, de alguna forma aquella vista lograba quebrar y robar el sueño del hombre que tenia a su lado—. Mejor nos levantamos.

Jhon—. Ah, si... claro...

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Tay se estiro en su lecho, arañando sus sabanas con sus garras retractiles; Leo solo se quedo viendo como su esposa estiraba su cuerpo antes de acostarse nuevamente a su lado.
La hembra pudo relajarse en el momento de sentir la respiración del alfa en su nuca.

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—Ouch... —el payaso se sentó sobre la cama, sintiendo a la peli-azul que permanecía abrazada a su cintura.
Tuvo que resignarse a levantarse en el momento que toco el hombro de la muchacha, la cual le gruño; El kala rakta entendió el mensaje.

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—Buenos días... —saludo Jhon al payaso y alfa que se encontraban sentados fuera de las cabañas, observando el amanecer. A lo que Leo y Pierrot le devolvieron el saludo.

Los 3 hombres se quedaron hablando un rato en lo que fue la fresca brisa matutina, de alguna manera todos estaban conscientes de lo que estuvieron haciendo sin necesidad de intercambiar palabras.

—Querer saber por que Kymerays venir aquí a aparear? —pregunto Leo en tanto apartaba unos arbustos que tenia al costado, antes de cortar un tajo de otra planta pegajosa con espinas—. Aquí haber mucha aloe vera.

—Grazie... —susurro el payaso mientras recibía el pedazo de planta. Jhon quedo sin palabras al darse cuenta de los arañazos en la espalda de sus compañeros.
Fue entonces que pudieron escuchar como sus amantes reían entre ellas en una de las cabañas, aunque preferían dejarlas conversando de sus cosas.

Desde lo alto observaban como sus conocidos y compañeros despertaban progresivamente.
Pero fue entonces que todos escucharon un zumbido que resonó desde el horizonte.

Janette—. Cat...

Cat—. Si.

Neftali—. Esta aquí...

—Todos arriba!! —rugió Leo desde la colina, causando un eco que resonó y alerto a todos los de la isla.

—Vamos Levan! —exclamo el científico mientras le alcanzaba la ropa a su amiga, quien se apresuro en vestirse.
Tanto Tay como Moon hicieron lo mismo.

—Todos muévanse!! muévanse!! —gritaba Mike en tanto todos a su alrededor corrían para apresurarse en evacuar a los pocos que quedaban.

—Cuidado!! —Taby lanzo con fuerza su espada sobre la cabeza del líder de la ONU, el hombre solo pudo ver como unas cuantas chispas lo bañaron de pronto.
Al voltear se encontró con una extraña maquinaria de cuatro patas que cargaba con lo que parecían 3 garras pegadas a su redondo cuerpo acorazado de plomo. A pesar de tal armadura la arma de la rubia perforo hasta el mango lo que parecía ser la cabeza del robot.