19. She's a mistery.

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Finn:

Nunca había comprendido muchas cosas. Pero hoy podía asegurar que no podía comprender a las mujeres.

Más bien, no podía comprender a Kendall.

No sé, algo en ella no me quitaba la inquietud de dejar de conocerla, pero también, algo en ella me decía que no lo hiciera.

Había estado muy rara conmigo.

No había estado siendo igual de malhumorada ni nada, pero tampoco me dirigía mucho la palabra como lo estábamos haciendo, lo cual me preocupo.

No la veía enojada y eso me aliviaba, pero aun así me preocupaba que no me hablara y solo se la pasará evitándome de cierta manera. No habíamos discutido, pero desde hace días la miraba distante.

Me miraba caminar hacia ella y se iba a otro lado, y si iba a su habitación siempre cerraba y decía que estaba estudiando, cosa que era mentira porque en la página podías ver cuanto tiempo llevaban tus compañeros, y ella no tenía nada cuando solía usarlo como excusa.

Incluso cuando la tocaba solo por accidente se movía al instante. Me estaba mandando a la goma.

Hace rato la vi en la barra que estaba en la cocina, me acerqué y se fue a bañar supuestamente. Y digo supuestamente porque salió con el cabello igual y solo se había cambiado la ropa.

Ahora estaba de nuevo ahí, así que me acerqué con el propósito de estudiar.

—Kendall, ¿Me pasas mi laptop? —señalé mi aparato, Kendall le dio una mirada y la tomó para después entregármela en mis manos—. Oye, ¿Hice algo que te molestará?

—No, ¿Por qué? —cerró su laptop y se giró en la silla dando vueltas en ella de un lado a otro.

—Andas... alejada de mí desde el otro día —encogí mis hombros.

—No, estaba ocupada.

—¿Qué tenías que hacer? No me digas que tarea porque ambos estudiamos en línea —rodé los ojos.

—Eh... buscaba donde podía comprar algunas cosas —sonrió—. Y de hecho, si tenemos tarea. Un proyecto de una entrevista —se alzó de hombros.

—Diablos, no me di cuenta de eso, ¿dónde dice eso?

—Lo mandaron por correo —se levantó de su asiento y se colocó al lado de mí—. Déjame ayudarte...

—Qué linda.

—...baboso, no me dejaste terminar mi oración —se carcajeo, se miraba muy diferente cuando soltaba una gran carcajada que cuando sólo reía, cuando se carcajeaba sus ojos se achicaban casi como si desaparecieran y su risa era bastante fuerte.

—Qué amable, gracias.

—Voy a la cocina, ¿Quieres algo?

—Muy amable, ¿No? —reí—, una botella de agua, gracias.

—No soy mesera pero quiero propina —rió y se fue.

—¿Has visto a Alex? —alce la vista y vi a mamá buscando por todos lados con la mirada.

—Está en la cocina, ¿Por qué?

—Le dejaron algo en la puerta, pero el señor que lo trajo dice que yo no lo puedo recibir, le dieron "ordenes específicas de que solo la señorita Evans lo recibiera" —hizo comillas con sus dedos y rodó los ojos mientras intentaba imitar la voz de alguien mayor.

—¿Qué le trajeron? —la miré raro.

—No sé, no me dejan ver —rodó los ojos.

—¿Qué no te dejan ver? —llegó la pelirroja dejando la botella a mi lado y mirando a mamá.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora