Waves -Finn Wolfhard-

07. Greek god.

Finn:

El resto del camino fue muy silencioso, ninguno de los tres decía nada.

Papá solo me preguntaba cosas de vez en cuando e intentaba hacerle platica a Alexandra.

Y digo "intentaba" ya que ella solo respondía "sí" y "no" aunque su respuesta fuera incongruente con la pregunta.

El examen estuvo bien, aprobé todo con buenas notas.

Aunque por lo que miré y oí a Alex le fue mejor que a mí, pero ¡Aprobé!

Y como es mi lema; aprobación, no perfección.

Claro que esa era mi excusa para las calificaciones.

De regreso a casa fue igual de silencioso, Alexandra sólo miraba el paisaje y jugaba con su cabello, papá tarareaba una canción y yo escucha música con mis audífonos.

A decir verdad, hacia mis teorías de lo que ella y Nick había platicado. Me llenaba de intriga saber sobre qué habían hablado como para que Nick llorará.

Alex estaba en su habitación desde que habíamos llegado. Solo bajaba por agua y se regresaba a su ruta. Ni siquiera bajo a comer aunque Nick se lo pidió dos veces.

Supongo que su "espacio" era literalmente no dirigirle la palabra a nadie. Aunque eso solía hacerlo siempre.

A mí no me hablaba al menos de que yo lo hiciera primero, y a mis padres igual. Al único que le dirigía completamente la palabra era a Nick, quizá por eso le contó sus cosas.

—Está todo listo —comenté viendo a mamá.

Las maletas estaban en el auto y ya solo era cosa de que Alexandra bajara las suyas e irnos.

—Hmm... ¿Nick? —mi hermano miró a nuestra madre— ¿Crees que podrías decirle a Alexandra si puede salir ya?

Nick hizo lo que mamá le pidió y subió a las escaleras, minutos después volvió con Alex detrás de él.

No nos miró, sólo tenía su vista clavada en su celular y con su otra mano sostenía su maleta. Pero se podía notar que había seguido llorando, sus ojos estaban demasiado hinchados y rojos, su cabello estaba muy despeinado y su rostro estaba algo mojado.

—Alex, si no quieres ir... puedes quedarte aquí con Eric. Si eso te hace sentir más cómoda está bien —la pelirroja levantó su mirada y se fijó en mamá que la miraba preocupada, y le sonrió eso... fue extraño, ¿Ella le sonrió?

—No, está bien, iré con ustedes no te preocupes —volvió a sonreírle, pero esta vez camino a la entrada principal y salió.

—¿Eso significa que me perdonó?

—Sí mamá —Nick le sonrió.

—¡Qué bonita sonrisa que tiene! —dijo entusiasmada.

Y ahí estaba la bonita sonrisa de mi madre, de nuevo alegre.

Todos salimos de casa y entramos en el auto, papá conducía y mamá iba a su lado, mientras que Alex, Nick y yo íbamos atrás en ese orden.

Los tres íbamos platicando de teorías conspirativas mientras que mis padres discutían por política.

—Espera, ¿Entonces no crees en aliens pero si en sirenas? ¡Eso no tiene sentido! —reí mientras la miraba.

—¡El océano es muy grande! El ser humano no lo ha descubierto del todo y no creo que jamás pueda —defendió—. Además, no creo en los aliens tanto, se ve muy falso la mayoría del tiempo.