Narrador.
—¿Ya nos podemos ir? —gritó Finn desesperado.
—¡Te dije que en cinco minutos! —gritó de vuelta la muchacha.
—¡No estás haciendo nada, Alex! —reclamó el joven.
—Es que no quiero ir... —se acercó él con un puchero.
—¿Por qué? ¿Te caen mal? —se apresuró a negar.
— No sé, siento que no encajo con ellos, ¿Sabes? —comenzó a jugar con sus manos sobre el pecho del muchacho—. Es que tienen un humor diferente al mío, y no entiendo la mayoría de sus bromas o chistes.
—¿De cuándo acá te importa lo que digan? —Alex no respondió.
Ni siquiera ella sabía cuándo había dejado que los demás vieran ese lado de ella, su lado temeroso y preocupado por todo y todos.
—Eh... no sé.
—Les agradas, Kendy. Solo déjate llevar, deja las cosas fluir, ¿Si?
—Bueno —tomó la mano del muchacho y lo jaló, sin embargo, él puso resistencia.
Alex retrocedió unos pasos para poder verlo directamente a los ojos.
—¿Segura? —asintió—. Mira, si te sientes incomoda solo dime, yo te cuido. Igual, si hacen algún comentario puedes decirme, no te preocupes.
—Camina, Wolfhard —sonrió jalándolo.
—¡Mamá, ya nos vamos!
—¡Yo los voy a dejar! —se apresuró a responder Mary.
—¡Es a cinco habitaciones de aquí, no seas dramática!
—¡No me respondas, niño! Y camina, cinco habitaciones son cinco habitaciones —se paró al lado de ambos y miró sus manos—. Y me dices dramática a mí, tú llevas a Alex como si fuera niña —bufó divertida.
—Se pierde mi niña —Alex alzó una ceja ante el comentario.
—¿Tú eres la niña que se pierde, Wolfhard?
—Así es, Evans. Tú eres niño.
Los dos jóvenes caminaron junto a Mary quien los llevaba como si fueran apenas de cinco años, ya solo le faltaba llevarlos de las manos.
—Vengo por ustedes a las nueve —ambos la miraron con burla—. ¿Nueve y media?
—Mamá...
—¿Diez? —bromeó—. Once y es mi última oferta.
—Mary, no te preocupes, estaremos ahí mañana para el desayuno —sonrió dándole tranquilidad a la mayor y se acercó para abrazarla, lo cual dejó un poco confundida pero muy feliz a Mary.
—¿Les puedo tomar una foto antes de que entren? ¡Son tan hermosos! —preguntó al ver que ambos mantenían sus manos unidas.
—Mamá... —regañó Finn.
—Los odio —se dio la vuelta de regreso a la habitación, Finn rió y toco la puerta. Al instante sintió como la chica apretaba más su mano y después la soltaba, segundos después la puerta fue abierta por Sophia.
—Hola, Sophi —saludó Finn mientras la abrazaba.
—Hola Finn, hola Alex —Sophia abrazó a la pelirroja la cual tardo en corresponder, pero al sentir los brazos tan cálidos de la chica le regresó el abrazo.
—¡Quítate imbécil! —gritó alguien dentro de la habitación Sophia rodó los ojos y entró de nuevo.
—¡A ver inútiles les dije que no gritarán!
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Waves -Finn Wolfhard-
Fanfic❝ Me hiciste sentir como si el mundo fuera mío y ahora no importa lo que digas, sin ti el cielo está siempre gris. ❞ {TERMINADA}