Waves -Finn Wolfhard-

81. Be my mistake.

Finn: 

Tres meses sin Kendy, tres meses sin verla, tres meses sin tocarla, tres meses sin saber nada de ella, meses en los cuales he estado bastante triste.

Al principio creí que después de unos días me contactaría para pedirme explicaciones como siempre solía hacerlo, pero jamás lo hizo.

Intenté contactarla por cualquier medio, pero no me dejaba acercarme de ningún modo. Y cuando se proponía algo era demasiado terca con ello, esta era solo una de las pruebas de ello.

Aun tenía contacto con toda mi familia, excepto conmigo. Hablaba la mayoría del tiempo con mis padres y todos los días hacía llamada con Nick, lo único que podía tener de ella era su voz, oírla a través del celular de mi hermano, escuchar su risa, sus quejas, su felicidad. Sorprendentemente logré notar un gran cambio en ella, estaba más feliz, estaba disfrutando su vida, sin mí.

Jamás me mencionaba, ni siquiera preguntaba por mí. Era como si hubiese dejado de existir para ella, como si jamás hubiese existido en su vida, simplemente me borró.

Ella tenía la ventaja de ser feliz y libre, yo tenía que fingir una relación que no deseaba. Mallory me agradaba e incluso teníamos una buena amistad, pero no era lo mismo. Jamás lo sería.

Ni siquiera yo mismo tenía idea de lo mucho que la extrañaba.

Y ahora ella no estaba más ahí, y me mataba no saber de ella. Me mataba no poder tener ese contacto con ella. Ya no la tenía para mí.

Kendy siempre me ofrecía su ayuda, siempre estuvo ahí, siempre mostró su apoyo de una u otra manera y, ahora que ya no la tengo más.

Sentí que la había perdido por completo. Desde aquel día que se marchó me borró por de su vida y de ella misma.

Y yo, yo seguía aquí, sin poder dejarla atrás, sin dejar de pensar en ella ni un segundo, sin dejar de amarla cada segundo más. A veces sentía que al volver a casa la encontraría ahí, sentada en el sofá viendo televisión, recostada en su cama, gritándole a Nick, cocinando con mamá, pero ella jamás estaba en ningún lado.

Me sentía mal, sin ella me sentía mal, pero era peor saber que ella tenía una idea errónea de lo que pasó. Yo no la dejé, no la quise dejar, no era mi propósito. Quería decirle lo que realmente pasó, todo lo que sucedió, pero jamás me dejó y por ahora no tenía manera de hablarle, no podía y tampoco me dejaba.

Lo intenté, y jamás me dejó explicarle.

Cuando le llamaba con el celular de mis padres o Nick me colgaba antes de que pudiese decirle algo, no leía los mensajes, me ignoraba a toda costa.

Lo único que me hacía tener esperanza era saber que dentro de tres meses seré libre de relaciones. Y podría ir a explicarle con calma lo sucedido, y al mismo tiempo ella ya habría pensado con más claridad.

Me había tomado el tiempo de conocerla y conversar con Mallory

Mallory era tan contradictoria a Alexandra, completamente polos opuestos. Quizá aquello era lo que me gustaba de Kendy, era tan diferente a las demás personas, jamás encontrarías alguien cómo ella.

—¿En qué piensas? —Mallory se sentó a mi lado y negué con la cabeza.

—No en mucho —me alcé de hombros—. ¿Estás nerviosa? —negó.

—Más bien ansiosa —sonrió—. ¿Cómo van ustedes? —preguntó haciendo referencia a la banda.

—Bien, seguimos escribiendo cosas —sonreí de lado—. Hay cosas interesantes en el proceso.