Waves -Finn Wolfhard-

28. Time.

Alex:

En resumen había sido la peor cita del mundo.

Habíamos llegado y muchas personas reconocieron a Finn, se tomó fotos como por media hora. Y yo como estúpida parada a su lado porque me dio miedo moverme y perderme de nuevo.

Después había una enorme fila para comprar palomitas y yo sin palomitas no entro. Así que Finn me iba a hacer el favor de comprarlas pero ¡Oh sorpresa, más fans! No las odio, pero ¡Déjenme obtener palomitas!

Bueno, no todo estaba perdido. Personas lo dejaron meterse a la fila y me consiguió palomitas rápido.

Después entramos y pues, más sorpresas, ¡esa sala estaba llena de más fans! ¿Pueden creer que volvieron a comprar entradas sólo para estar en la misma sala que la jirafa de Finn?

Toda la película se la pasaron tomándole fotos, y de paso a mí. Amigas, un consejo, ¡quiten su flash!

Apenas si podíamos rozar nuestras manos sin me vieran con ganas de decapitarme.

Va a ser mi novio, no de ellas y aun así casi me asesinan ahí.

Al final, ni siquiera pudimos ver la película a la mitad y tuvimos que llamarle a Eric para que nos fuera a buscar a la plaza, pero al salir había más fans, ¿Cuántos kilos de fans existen?

No nos podíamos ni mover de ahí, hasta que unos guardias de seguridad le reclamaron a Finn por el desorden y con su "ayuda" intentaron sacarlo de la plaza. Pero los malditos desgraciados creyeron que yo era una fan que se quería hacer pasar por su amiga.

Por más que la jirafa les explicó que veníamos juntos parecía importarles una patata. Al final Eric fue a reclamar y nos sacó de ahí. Mi héroe.

Al llegar a casa, Mary nos regañó y echó en cara que ella nos había advertido que ir a esa sería muy riesgoso, y que debimos haber ido con Nick, blah y más blah. ¿Cómo se supone que íbamos a estar con Nick si era una supuesta cita?

Y bueno, así terminamos los dos castigados por dos semanas sin salir, hasta que les explicamos que queríamos tener una cita. Mary nos "perdonó" y nos quitó el castigo solo porque le agradó la idea.

—Bueno, fue una gran primera cita, ¿No? —bajé el libro que estaba leyendo y lo miré mal—. Bien, lo admito, fue asquerosa, pero fue divertida, ¿Cierto?

—En cierto punto quise matarte, pero sé que no es tu culpa —me alce de hombros y seguí leyendo—. Pero sigues siendo un imbécil.

—Cuando me dices así no sé si estás enojada o no.

—Preocúpate cuando te llame sin insultos —dije sin despegar la vista de mi libro.

—¿Quieres ir al cine? —preguntó burlón.

—Creo que nuestra próxima cita será en la casa, así evitamos mis enojos y las horribles miradas asesinas de tus novias —sonreí burlona.

—¿Cuáles novias? —alzó una ceja.

—En otras palabras, tus fans —reí viendo su expresión confusa.

—Ah sí, todas son mis novias. Mucho Finn para todas —fruncí el ceño.

—¿Ah, sí? —negó—. Ah bueno.

—Si le ves el lado positivo, ¡Tuviste palomitas! y me dejaron meterme a la fila, nunca en mi vida había sido tan rebelde.

—Finn, eres un idiota —negué riendo.

—Hagamos algo, ¿Vamos por un café? —gruñí—. ¿Qué te pasa, gruñón?