97. Lover.

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Finn:

—¿No les aterra saber que jamás en sus vidas volverán a besar a alguien que no sean ustedes? —preguntó curiosa Keily viéndonos a ambos.

—¿Por qué? —Kendall frunció el ceño mirando a su amiga.

A ver, desde aquí ya vamos mal.

Sabía que le preguntarían cosas así que en algún momento la aterrarían a tal punto de dejarme plantado.

Bueno, tampoco me refería a ese nivel, pero sí se que la van a asustar.

¿Cuántas veces debo repetir que Kendall es una niña que le aterra todo lo que sea comprometedor?

Ya déjenme ser feliz con mi babosa.

—Ya sabes, jamás volverán a sentir la emoción del primer beso, el primer te amo, la primera cita... —ladeó su cabeza—. ¡Pero! Envejecerán juntos —sonrió—. Lastima que con el paso de los años se amargaran la vida arrepintiéndose de haberse casado y están esperando el divorcio o la muerte. Lo que llegue primero... —bromeó.

Y esta es la parte en que deseo lanzar a Keily por la ventana, pero soy una persona civilizada y le tengo pánico a las demandas.

—¡Keily! —regañó Chris golpeando el brazo de la chica.

La niña miedosa —es decir, Kendall— quien se encontraba sentada en mis piernas volteó su rostro viéndome a los ojos con un puchero que dejaba en claro lo asustada que estaba.

—Finn... tengo miedo —susurró abrazándome para poder ocultar su rostro en mi cuello.

Solté un gruñido y la tomé de la cintura para hacerla sentir protegida rodeando su cuerpo con mis brazos sin quitarle la mirada de encima a la rubia que nos miraba divertida.

—Felicidades por su compromiso, amigos —guiñó.

—¿Te puedo pedir un favor, Keily? —sonreí abiertamente—. Deja de asustarla. No hagas que mi novia me deje plantado en la ceremonia, gracias.

—Hey, tampoco regañes a Keily —Chris me apuntó entrecerrando sus ojos—. Keily también es una niña pequeña que necesita que la cuiden. También llora si le hablas feo. ¿Por qué crees que son amigas?

—Tú ocúpate de tu mocosa traviesa, y yo de mi preciosa —rodé los ojos sacando la lengua.

Posiblemente yo también estaba quedando en rídiculo, ya que, todo el tiempo digo que Kendy es infantil y ahora yo también lo parezco.

—¿Qué es a lo que Alex le teme tanto?

—Esta mujer que ves aquí —la apunté con mi dedo—. Era terriblemente miedosa a cualquier compromiso que pusiera en riesgo su soltería. Ahora imagínate mi arduo trabajo por años para que cambiara de opinión acerca del matrimonio. ¡No le metas sus ideas de nuevo!

—No les tenía miedo miedo a los compromisos. ¡Les tenía fobia!  —agregó Nick tomando una de las galletas en sus manos llevándola a su boca—. Las relaciones serias eran su mayor temor. No sé como le hiciste para que estuviera contigo seis años —me miró divertido.

—Mentiras —murmuró sin soltarme o moverse ni un poco.

—¿No? ¿Segura?

—Por completo.

— A ver, recapitulemos; Tardaste más de dos meses en aceptar que te gustaba Finn. Agrega todos los meses que tardaste para aceptar ser su novia, ya que siempre evitabas la pregunta.  Y, después agrega los años que tardaste en siquiera considerar el matrimonio como una opción en tu vida.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora