38. Father.

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Alex:

—Me vuelves a tocar y te clavo las tijeras en la mano —amenazó Nick viéndome con fastidio.

Miré indiferente y negué quitando mis manos de su cabello. Crucé mis brazos y continué viéndolo.

—Solo déjame cortarlo, tu cabello está demasiado largo y se mejor que el mío. No me gusta.

—Mira que tengas complejos con tu cabello no es asunto mío. Déjame en paz, vete a molestar a la vergüenza de novio que tienes.

—Está con sus bestias, no me hace caso ahorita —bufé dejando las tijeras en el escritorio de Nick.

—¿Bestias?

—En otras palabras, con sus amigos —sonreí—. Mary y Eric no me invitaron a comer con ellos, entonces solo me quedas tú.

—¿Y por qué no vas y molestas a Finn y sus amigos y me dejas en paz a mí? —abrí la boca viéndolo con indignación.

Resoplé mientras me sentaba en el piso.

—Si tan solo me dejaran adoptar un perro, créeme que jamás los molestaría.

Miré de reojo como Nick rodaba los ojos con diversión y soltaba una pequeña risilla.

—Mamá te dijo que si durabas dos semanas sin insultarnos en lo absoluto te dejaría adoptar un perro, pero no has cumplido tu parte del trato.

—¡Eso no es un trato justo! Ustedes me hacen insultarlos apropósito. Cuando acepté el trato tú y Finn comenzaron a jalarme el cabello y lanzarme almohadas, era obvio que los iba a insultar —rodé los ojos con fastidio—. Los odio.

—Papá nos dijo que lo hiciéramos porque si tenías a tu perro ya no nos ibas a hablar jamás.

—¡Sabía que todo era culpa de Eric!

—Aquí nadie te quiere ver con otro perro que no sea Finn.

—Los odio. No me hablen.

{...}

—¿Se puede saber por qué desde ayer no me hablas normal? —miré de reojo a Finn y me alce de hombros—. ¡Háblame, creída!

—A mí sí me habla —dijo en tono de burla Nick—. ¿Verdad, mugrosa?

Negué sin verlo y cerré los ojos para no verlo.

—¿¡Qué te pasa, maldita desgraciada!?

—¿Ahora que le hicieron? —cuestionó Eric. Lo miré molesta y me crucé de brazos—. ¿Alex?

Tomé mi celular sin ver nada. Solo para hacerme tonta y verme interesante.

Los tres se miraron entre sí sin saber qué hacer.

—A mí no me vas a dejar de hablar, maldita —Nick se puso frente a mí y asentí dándole a entender que lo seguiría haciendo—. Puedes ignorar, rechazar y humillar todo lo que quieras a Finn, ¡Pero no a mí!

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora