Waves -Finn Wolfhard-

53. Love her.

Finn:

—Eh... no estoy listo para morir, ayúdame —hice un puchero mientras tomaba la mano de Kendall quien solo se giró viéndome burlonamente.

—Solo te hará unas preguntas Finn, no dramatices, eso déjamelo a mí.

—¿Qué no dramatice? ¡Le tengo miedo a tu papá y me pides que no dramatice!

—No seas llorón, ya la besaste como cinco veces en su cara y no te mató —comentó Ayla

Voltee mi rostro viéndola y apunté con mi dedo.

—Tú guarda silencio o le digo a Scott que nos interrogue a los dos ya que te la pasas diciendo que Kendy es tu novia.

—Es mi novia, solo que te haces ilusiones en tu mente.

—¡Claro que no!

—Sí, ¿Por qué crees que a ti te mandaron a una habitación de huéspedes y yo dormí en su cuarto? —alzó las cejas rítmicamente—. Me ama.

—No me vas a quitar mi trono, tardé mucho como para que me lo quites, Ayla roba novias.

—Déjala en paz —miré con indignación a la pelirroja que jalaba mi brazo—. Y tú —me apuntó—, ve a la oficina de mi papá porque tiene rato esperándote y se va a enojar si tardas más.

—Claro, córreme al matadero.

—Ya vete —alzó la voz.

—No me grites que lloro —imité su voz e instantáneamente me golpeó con su almohada en la cabeza—. ¡El cabello no! ¡Hoy si me peiné!

—No parece que lo hayas hecho, ¿Quieres que te peinemos? —propuso la rubia—. Te rapamos de una vez.

—¿Sigues aquí, chismosa?

—¿No deberías estar yendo a hablar con mi suegro?

—¡Es el mío!

—¿Y por qué no te quiere? —me acerqué unos pasos pero una pequeña bruja me jaló haciéndome retroceder.

—Ya ve, Wolfhard —dijo mientras continuaba jalándome hasta la puerta.

—Ayer era tu amor, no Wolfhard —rodé los ojos divertido—. ¿Y de dónde sacaste tanta fuerza? Eres una debilucha.

—Tú estás más debilucho, cállate. Deja de poner excusas para no hablar con mi papá, prometiste que lo harías, gallina.

—Bien —jalé mi brazo—. Pero cabe destacar que tú nunca hablaste con los míos, esto es injusto.

—Tus papás me aman, mi papá odia a todo el mundo.

—¿Y cómo esperas que vaya con él? Me puede matar y mis papás salieron, no hay nadie que me defienda.

—Bien, deja de lloriquear, yo voy contigo —bufó—. Ayla, ahora regreso.

—Claro, ve morir a tu novio —dijo burlona. 

Me acerqué a la puerta y la miré achicando mis ojos.

—Eres una bruja, te pareces a Kendy.

—A lo mejor por eso me ama.

—A mí también —mostré mi lengua y me di la vuelta—. Vámonos, Evans —tomé su mano.

—Estúpido —resopló.

Bajamos  las escaleras y unos cuantos pasos más hasta llegar a la oficina de Scott,  presté atención a las paredes donde colgabas varias fotos de Kendall de pequeña junto a su padre y abuela.