Waves -Finn Wolfhard-

| E x t r a 1 |

Si extrañaban a estos dos idiotas, prepárense para ver a una familia de idiotas.

No sé cuántos haré, pero habrán varios. Porque no escribí de okis para tenerlos guardados nomás.

Publicaré uno por semana, si me agarran aburrida y de buenas dos.

Me dejan comentarios pa' reírme porque estoy aburrida desde que inició la cuarentena y no veo a mi novio ni amigos ;(

Gracias por todo el apoyo que le han dado a esta historia, y más gracias aún si es que aún tienen la historia guardada, las amo<3

Finn:

—¡Díganle a su madre que quiero el divorcio! —grité mientras me acercaba a mis dos demonios.

—¿Y ahora por qué? —Lily me miró divertida mientras se sentaba frente a mí con una sonrisa burlona.

La voy a castigar para quitarle su sonrisa. ¡Ay, pero que bonita niña tengo! No puedo.

—¿Ya te dijo que le dio tus camisas de cobija a Max? —preguntó Joey divertido.

—¿¡Al perro!? —exclamé llevando las manos a mi boca—. ¡Esa desgraciada! Ahora sí, nos vamos a divorciar.

—¡Hey! No es un simple perro, es Max —me apuntó—. Es nuestro bebé.

—Ni siquiera es nuestro —reprochó Joey—. Acuérdate que el día que Max llegó mamá misma lo dijo; no es suyo, es mío. No lo toquen, no lo miren y no se le acerquen —dijo imitando la voz aguda de su madre.

—Eso te dijo a ti, a mí sí me quiere. Soy su favorita de esta casa.

La castaña de mentira y maleducada que tengo como hija rodó los ojos y regresó su vista a su hermano como si esperará a que dijera algo.

Odio a Kendy por haberle dado permiso de pintarse el cabello. ¿Qué tenía de malo su cabello natural? Niña demoníaca.

—Por lo menos yo soy el hombre favorito de mi mamá —Joey se alzó de hombros mientras bebía de su limonada.

Por mi parte me crucé de brazos mientras miraba indignado a mis dos hijos, o mejor dicho, a mis dos demonios.

¿Quién les dijo que yo no podía ser el favorito de esa mujer? ¡Lo fui por años!

—Hablando de Max. ¿Por qué mamá no había tenido perros hasta hace tres años? —preguntó curiosa Lily.

—Fácil, yo lo explico —Joey sonrió—. Porque nací yo; su mayor obra de arte —alardeó golpeando levemente su barbilla con su puño—. ¡Soy guapísimo! Mi madre hizo un trabajo excelente con esta obra de arte viviente.

—¿Por qué eres tan vanidoso? —rodó los ojos su hermana—. Casi la matas cuando naciste, además, ni siquiera fuiste planeado. No fuiste y no eres su mejor obra de arte.

—¿Y tú cómo sabes que no fue planeado, Lily? —pregunté cruzándome de brazos—. Yo siempre quise hijos.

—Tú sí, pero mamá no —respondió—. Joey fue un simple accidente, algo que nadie quería ni esperaba pero llegó. En cambio, yo fui planeada, por ende, soy mejor que tú, inútil no deseado.

Joey miró indignado a su hermana menor y me miró esperando a que dijese algo.

A decir verdad me dio risa, pero como el adulto y padre maduro que soy no lo haré.

No puedo decir que no es cierto, porque en parte lo es. ¡Y eso es lo gracioso y no puedo reírme porque Joey me matará e irá de chismoso con Kendall! No por nada tiene ambos tienen el temperamento de mi amada.