Waves -Finn Wolfhard-

87. Feel it twice.

Yo solo diré, ¡Qué perra, qué perra, qué perra mi amiga!

Alex:

—Buenos... días... ¿Debería decir malos, Ken? —Chris me miró divertido.

Rodé los ojos y cerré la puerta detrás de mí, levanté la mirada para poder verlo aún sonriendo, le sonreí de vuelta y le abracé.

—¿Qué pasa? —recargó su barbilla sobre mi cabeza—. Tus ojeras son del tamaño de mi cabeza. Te divertiste ayer, ¿No es así? —rió.

—Ni un poco —susurré en su pecho—. Síguete burlando Adams, te golpearé.

—¿Estás bien cariño? —acarició mi cabello—. Me abrazas muy fuerte, ¿Debería preocuparme?

—Solo... necesitaba sentirte —suspiré—. Necesitaba un abrazo tuyo, es todo.

—Bueno, puedes tenerlos siempre que quieras, no te preocupes.

—Está bien.

—¿Quieres...?

—No, no me sueltes —le interrumpí ocultando mi rostro en su pecho—. Solo déjame un poco más así.

—Perfecto —susurró pasando sus manos sobre mi espalda para darme suaves caricias—. ¿Te pasó algo malo, cariño?

—No sé —suspiré sin soltarlo—. No son mis mejores días.

—¿Quieres hablarlo? No me gusta ver esa carita desanimada —alzó mi mentón con sus manos—. ¿Qué tienes?

—No es nada que no pueda enfrentar sola —sonreí tratando de darle seguridad.

—Cariño, sé que no he estado para ti siempre, pero quiero hacerlo. Desde el día en que esta aventura comenzó me prometí a mí mismo a estar para ti siempre. Confía en mí.

—Lo hago —sonreí—. Pero hoy es tu día, podemos hablar de esto después.

—Me rindo —alzó sus manos—. ¿Nos vamos? —extendió su mano ante mí.

—Claro —sonreí de lado y tomé su mano.

Durante el camino conversábamos de cualquier tema, nunca teníamos uno definido, nos gustaba platicar de cualquier cosa.

No fue nada fuera de lo normal, pero me sentía extraña.

No me incomodaba, pero algo había cambiado. Ya no podía ver las cosas igual.

—¿Cariño? —moví mi cabeza de un lado a otro para poder concentrarme, miré al rubio que sostenía mi mano y le sonreí viéndole fijamente.

—Perdón, ¿Qué dijiste?

—No te preocupes —rió—. Iré a prepararme, Keily dijo que vendría, por si quieres buscarla.

—Por supuesto —sonreí—. Te veo después de esto. Mucha suerte.

—Gracias —besó mi mejilla.

Solté nuestras manos para que cada uno pudiese ir por su camino, pero Chris tomó mi mano dándome un leve jalón haciéndome regresar a él.

Alcé la ceja viéndole confundida.

—¿Pasa algo? —reí.

—Hmm... no es nada malo. Es solo que... —rió nervioso—. Aprecio mucho que hayas venido, gracias por hacerlo.

—No tienes nada que agradecer —sonreí.

—Yo... quiero decirte algo importante. Creo que debes saberlo.