46. I think he knows.

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Narrador:

—Hey, basura —Finn alzó la cabeza al instante observando a la chica con los ojos entrecerrados.

—No invertí meses de mi vida tratando de que aceptaras ser mi novia como para que me apodes "basura" Alexandra —regañó regresando su vista a su celular.

—¿Imbécil está mejor, princesita?

—No. Consíguete otro apodo original.

—¿El chico del cual no soy su tipo y aún así es mi idiota?

—Ya deja ese tema por la paz, cariño —rodó los ojos.

Alex negó sentándose en el suelo con una sonrisa burlesca.

—Vengo a hablar seriamente contigo. Porque tengo que aclarar una cosas.

—¿Ahora qué hice? —alzó la ceja observándola—. Te juro que lave mi plato. Y también saqué mi ropa de la lavadora.

—No idiota —rió—. Me refería a nosotros.

—¿Qué? —frunció el ceño confundido.

Le hizo una seña de para que se sentara con ella en el piso y el chico obedeció observándola detenidamente con confusión.

Alexandra se quedó quieta viéndolo burlona por la forma tan tensa en que el ambiente se había tornado sabiendo perfectamente la razón.

—No te voy a terminar, Finn.

El mencionado soltó el aire que retenía en sus pulmones aliviado.

—¡Casi me da un infarto!

—Exagerado —resopló recargando su cabeza sobre el regazo del chico—. Pues nada más quería aclarar dos cosas.

—¿Qué cosas?

—En primera, tú le vas a decir a mi papá de esto porque tú fuiste el que me lo pidió y...

—¡Casi me mata por un beso! ¡Un beso! ¡Uno solo! No le pienso decir yo, me voy a orinar antes de que pueda decirlo, Ken.

—¡Pues yo tampoco le pienso decir! Tú me dijiste —le apuntó con su dedo—. Dijiste que tú le dirías. Y lo vas a hacer, porque soy tu bebé y me da miedo.

—¡No me manipules poniéndome cara de perrito! —regañó—. Sí dije eso, pero...

—¿Qué? ¿Apoco le tienes miedo a mi papi?

—Algo.

—¿Entonces?

—¿Y si mejor después se lo decimos? —propuso alzando ambas cejas rítmicamente—. Luego le decimos, cuando te visite. Porque tiene que ser formal —alzó los pulgares.

Alex analizó las cosas unos segundos asintiendo.

—Buen punto —guiñó—. Acepto.

—¿Y la otra cosa que me ibas a decir?

—¡Ah, cierto! —sonrió mostrando su dentadura—. Como soy un alma inocente con autoestima más bajo que tus calificaciones y me da miedo la vida, en público somos amigos idiotas, en la bella privacidad todo lo que quieras.

—Ni que fueras Barbie para ser todo lo que quieras ser.

—A veces no entiendo por qué de tantas personas me tenías que agradar tú —chocó su palma contra su frente—. Estoy tratando de poner las cartas sobre la mesa y tú de chistosito.

—Déjame ver si entendí, tú lo que dices es que me vas a rechazar en público, ¿No?

—Algo así. No exactamente eso, pero tienes la idea.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora