|Final| 104. When I look at you.

3.1K 191 723
                                    

Finn:

Bueno, después de todos aquellos años junto a mi Kendy, al dar a luz y fallecer horas después.

Siendo honestos, superarla fue más rápido de lo que creí.

Ni sentía su ausencia. Kendall siempre fue un capricho que tuve, nunca la quise tanto. La quería, pero no lo suficiente.

Quizá solo era eso. Me gustaba su indiferencia, no ella en realidad.

Ah que se creen, hierba mala nunca muere.

Yo me volví loco con esa mujer desde que la conocí, mi intensidad no fue en vano.

Y sí, mi precisa sigue a mi lado.

La desgraciada me hizo una broma, me escuchó a la segunda vez que le hablé y se hizo la dormida después abrió los ojos y se rio como tonta.

Flashback;

—Kendy, te lo pido, por favor... —susurré sosteniendo su mano.

—¿Y si me muero quién te recordará que eres un imbécil? —alce la cabeza rápidamente y sonreí aliviado de verla abriendo los ojos.

Sentí como el aire volvía a mis pulmones y la enorme felicidad invadía todo mi rostro.

Por un momento me sentí perdido.

—¡Mi amor! —me abalancé sobre ella llenando de besos todo su rostro—. ¡Te amo mucho! Aunque me asustaste, babosa.

—Más respeto, acabo de llegar de la muerte y nadie me pregunta cómo estoy. Malditos desgraciados. ¿Y qué es? —sonrió abrazándome—. ¿Niño o niña? ¿Dónde está mi renacuajo?

—¡Un niño! —exclamé alegremente—. Nació un renacuajo.

—¡Lo sabía! Papá me debe cien dólares.

—¿Tú también apostaste por nuestro bebé, idiota? —me crucé de brazos.

—Puedo lucrar con mi sufrimiento —bufó sentándose en la cama mientras acomodaba su cabello.

—Por lo menos ganamos cien dólares.

—¿Ganamos? —alzó la ceja divertida—. Gané gracias a mi instinto de siempre tener la razón. Sabía que sería niño —sonrió emocionada.

—Hablando de eso, ¿Podemos hacer una niña? No me basta con un niño.

—Vete a la mierda, ¡Casi me muero y tú quieres otro bebé! Tenlo tú a ver si te gusta, imbécil.

—¿Te puedo engañar y tener otra bebé?

—¿En serio me dices eso? —rodó los ojos negando con la cabeza—. Sigue bromeando y te juro que te pido el divorcio y te dejo sin casa.

—Te creo capaz —reí.

Kendall suspiró  con una leve sonrisa en su rostro, poco a poco sus manos comenzaron a recorrer su cuerpo deteniéndose en su abdomen haciendo una mueca.

—Ya no está —susurró pasando sus manos varias veces—. ¡Hey, todavía tengo mis lindos pechos!

Cuando digo que esta mujer no tiene remedio, lo digo en serio.

Rodé los ojos y acerqué mi silla a su lado viéndole con desaprobación sin dejar de mover mi cabeza a los lados.

—No puedo creer que eso sea lo único que te motiva.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora