26: Wasting time.

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Finn:

—Hey, Kendall, ¿Puedo hablar contigo?

Alexandra dejó de caminar dándose la vuelta y dando pequeños brinquitos.

—¿Qué? Quiero ir al baño antes de que comience tu concierto y en serio creo que voy a explotar —respondió con una mueca—. ¿Es rápido?

—¿En serio prefieres a Malcolm antes que a mí? —solté.

Me la había pasado pensando en ello desde que llegamos aquí para el festival, hace dos días. Porque así me sentía.

—Ay, no inventes —se golpeó la frente con la palma de la mano—. Me ando orinando y tú me detienes por eso, me dieron ganas de abofetearte.

—¿Qué? Eso parece siempre, en el concierto de ayer te la pasaste mirándolo, y desde que llegamos casi ni me hablas por estar con él —alce una ceja.

—No seas dramático, quítate o te juro que voy a orinar aquí —trató de irse pero le impedí el paso—. ¿Es en serio?

—Deja de evadir mi pregunta.

—¡No! no prefiero a nadie, ahora quítate por un demonio.

—No te creo.

—¡Finn!

—¡Alexandra!

—Eres mi segundo chico favorito —sonrió alzando una ceja.

¿Por qué eso me sonaba familiar?

"—¿Por qué me ves así? —siguió con su mirada intimidante.

—Pelirroja favorita blah blah —arremedó las palabras que le había dicho con anterioridad a Sadie y reí—. ¿De qué te ríes maldito?

—Estás celosa —canturreé.

—Istís cilisi —arremedó.

—Ven aquí, segunda pelirroja favorita —me miró abriendo la boca con indignación."

¡Ya sé!

Qué desgraciada, estaba usando mi propia arma contra mí.

Qué inteligente, se cobra venganza.

—¡No se vale ser vengativa! Te cobras venganza por lo que dije de Sadie, que era mi pelirroja favorita —me crucé de brazos, ella lo hizo también.

—¿O sí? ¡Yo no lo recuerdo en lo absoluto! —sonrió alegremente.

Desgraciada, sí que lo hacía.

—¿En serio soy tu plato de segunda mesa? —hice un puchero.

—¡Te prefiero a ti imbécil, muévete! ¡Por un carajo tomé cinco litros de agua! ¡Muévete!

—Te quiero, lo sabía —la abracé—. Sabía que era tu favorito.

—¡Ya déjame ir a orinar, carajo! —la solté y salió corriendo como si su vida dependiera de ello.

Realmente jamás sabría si lo que dijo fue cierto o sólo lo hizo para que la dejará ir al baño, pero sin duda el simple hecho de oírla decir aquello me hacía feliz, una mentira feliz.

—¿Vamos a tocar la canción que acabas de escribir? —asentí entusiasmado.

En aquellas noche en las cuales tenía insomnio —y en las que Kendall literalmente me sacó a patadas de su habitación— escribí canciones. Y pues, sí, todas giran a su alrededor. Me entusiasmaba saber que una canción en especial me recordaba mucho a ella —aunque es obvio ya que está inspirada en ella— pero, literalmente esa canción era como su canción, además era discreta y las fans no sabrían con exactitud que se trata de ella.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora