57. Acuérdate de mí.

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Alex:

Bueno, finalmente podía decir que estaba completamente feliz.

Todo iba bien, en verdad.

Ver a mi padre reírse a mi lado y darme cuenta de lo parecidos que ambos podemos ser cuando estamos de buenas me hacía sentir increíblemente alegre.

Mi padre y yo teníamos una relación demasiado fuerte conforme el tiempo. Por primera vez podía sentir todo el cariño que era mutuo.

Y después estaban mis Wolfhard, mi bella familia.

Mary era justo como mi figura maternal, Eric era como mi segundo padre y Nick como el hermano que jamás tuve y que tampoco pedí, pero adoraba con todo mi ser.

Y ya, porque si Finn fuera mi familia sería incesto, no gracias.

Así que él era otra cosa aparte, una bella, bella, bella cosa aparte. Me sentía completamente feliz y estable con él.

Jamás había tenido un cumpleaños así, las personas más importantes en mi vida estaban junto a mí.

—Tengo una noticia importante —papá se levantó justo enfrente de mí.

Ante esto alcé la ceja esperando uno de sus comentarios bromistas de nuevo.

—¿Qué pasa? —observé extrañada ante su gran sonrisa.

Ni yo me pongo tan feliz cuando me dan dinero.

—Hace mucho tiempo tengo esto guardado, y creo que es tiempo de decirlo. Por ende, quiero hacerlo aquí porque ustedes son nuestra familia, ¿Verdad, Alex? —asentí—. Bien. Esto es difícil. Eh... hace mucho no me ponía así de nervioso.

— ¿Qué traes entre manos? —sonreí—. ¿¡Me vas a regalar un perrito para ser feliz!?

—¡Algo mucho mejor!

—¡Suéltalo!

—¡Tengo pareja! —su sonrisa se amplió y yo borré lentamente la mía, un gran silencio se hizo presente—. ¿Por qué esas caras? Parece que les dije que me voy a morir.

—Felicidades, Scott.

Me quedé inmóvil viendo a la nada, en verdad estaba sorprendida. Me mantuve callada, pero perfectamente podía sentir la mirada de todos en mí esperando mi reacción.

—Alex, di algo —negué con la cabeza lentamente—. ¿Todo bien?

—Yo... yo no sé —me levanté—. Es raro.

—Cariño, ¿Todo está en orden?

—¿Por qué no me habías dicho? ¿Quién es? ¿Cuándo comenzaste una relación? —fruncí el ceño—. Creí que nos contábamos todo, yo te conté todo.

—Era un tema delicado cariño, necesitaba buscar algún momento. Ambos sabemos que jamás te han agradado mis parejas.

—¿Supongo? No lo sé, ¿Quién es ella?

—Bueno... creo que ese era mi pequeño problemita. No es "ella" —hizo comillas—. ¿Ves por qué era difícil para mí?

—Pero aún así... tú...

—¿Te parece si hablamos en tu habitación? —asentí.

Ambos subimos a mi habitación callados sin siquiera mirarnos.

No estaba molesta, pero me sentía extrañada porque se supone que nos contabamos todo, y comprendo que quizá para él haya sido difícil decirlo desde el inicio, pero aún así me sentí extrañada.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora