43. Scary love.

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Narrador:

—Entonces ese día me... —Alex dejó de prestarle atención a Finn y se bajó del auto dejándolo con la palabra en la boca.

Alex se bajó corriendo al lugar admirando sus alrededores, finalmente estaba en aquel lugar que tanto le gustaba.

Extrañaba ese espacio en el cual podía sentir una tremenda relajación y paz interna, donde olvidaba sus problemas como si dejaran de existir por un rato.

—¡Grosera! —gritó Finn corriendo detrás de ella, apenas llegó a su lado la abrazo por detrás—. Siempre me abandonas y me dejas hablando solo, debes darme un poco de atención, linda —bufó.

—Lo sé, pero este es mi lugar favorito en todo el mundo —se giró sonriente—. No sé, me agrada el simple hecho de volver.

Finn alzó ambas cejas sin dejar de abrazarla, Alex pasó sus manos por el cuello del muchacho acercándose a él y observando detenidamente sus facciones.

—Creí que tu lugar favorito era tu cama —comentó con gracia el pecoso—. Siempre estás ahí, no hay quien te levante.

—¡Están muy juntos! —gritó Scott.

—¡Papá! —regañó Alex.

—Cállate Evans, déjalos en paz —regañó Mary golpeando el brazo de Scott—. Deja en paz a mis chicos. ¡Sigan en lo suyo, niños!

Alex le dio una última mirada a Finn quien le miraba sonriente esperando que continuaran en lo que estaba, la chica negó y se soltó de él para después acercarse a Nick.

—¿Qué tienes ahí? —murmuró Alexandra viendo a Nick—. ¿Te salió otro grano? —apuntó su mejilla burlonamente—. ¡Un volcán!

—Cállate —bufó quitando su mano—. A ti te salieron como diez la semana pasada, te hacían lucir más horrenda de lo normal.

—Se han ido —guiñó pasando sus manos por su rostro—. ¿Ves? Ya no hay.

—Sigues siendo fea, mugrosa.

—No hablemos de mi fealdad, mejor, vamos al agua —propuso.

—No, vete a besar con tu novio por allá, mejor —sonrió burlonamente.

—Bueno, mejor sola que mal acompañada —se alzó de hombros y caminó sola dando brinquitos mientras se acercaba a la orilla del mar.

Ambos hermanos se dieron una mirada con el ceño fruncido, Alex estaba demasiado alegre cosa que era extraña para ambos.

—¿La habías visto así? —dijo Nick regresando su vista a la chica.

—No, ¿Qué cosa le picó? —Finn se cruzó de brazos observándola—. ¿Ya se enamoró de otro o por qué está tan feliz? —bufó—. Ni cuando le regalé flores se puso tan feliz.

—Hermano, cuando se las diste se las lanzaste en las piernas mientras estaba sentada en la sala y le dijiste "Ten tus cosas más caras que mi alma" ¿Y querías que te diera las gracias si se las lanzaste?

—¡Fueron carísimas! Me costo un riñón.

—Luego te quejas del por qué ella no es cariñosa contigo.

—No se puede quejar, le regalé un perro.

—De peluche y con el dinero de mamá.

—¿Tuvo su perro o no? —Nick lo dudo unos segundos y después asintió—. Entonces soy un increíble novio, cierra la boca.

—¿Está brincando? —preguntó regresando su vista a ella—. No sabía que esa cosa se podía poner así de feliz —comentó con gracia acercándose con ella—. Esa cosa ni sentimientos tiene.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora