92. Like I'm gonna lose you.

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Alex:

Últimamente había un sentimiento extraño en mí. Todo era extraño y nada podría volver a se igual.

Y eso era justo lo que quería. Quería que todo permaneciera como estaba.

Bastaba con echar un vistazo unos años para ver todos los cambios drásticos que había tenido con mi papá. Me sentía feliz por él.

Papá había estado con la mujer incorrecta la mayoría de su adolescencia y adultez. Cuando supo que yo nacería tenía miedo pero sabía que me amaría con todo su corazón. Cuido de mí, creo su propio empleo por mí, me amó con todo su ser, y verlo hoy vestido con su elegante traje blanco, mirándose en el espejo y viendo que tal luce, me doy cuenta de lo afortunado que es. Después del horrible ex amor, encontró a aquella persona que valía más que el oro.

Charlie tenía esa carisma, tanto amor por dar, tantas enseñanzas y todo lo que hacía por su hijo y familia. Él es el correcto para papá.

—¿No me veo gordo? —negué acomodando su corbata.

—Te ves guapísimo.

—Me siento más nervioso que cuando voy a firmar un contrato —rió con nerviosismo y me miró detenidamente mientras seguía peleándome con la corbata—. ¿Crees qué hago lo correcto..?

—Sigue a tu corazón —finalmente terminé con el moño y lo miré satisfecha—. Siempre sigue a tu corazón.

—El abuelo estaría orgulloso de los dos —acarició mi mejilla—. Yo estoy orgulloso de los dos.

—Yo también lo estoy —sonreí—. En unas horas te casas y yo estaré llorando como una bebé.

—¡Es mi primera vez en una boda! —rió—. Nunca he me casado, me da miedo —fruncí el ceño divertida.

—¿No te casaste con mi mamá?

—No cuenta —me apuntó pretendiendo estar serio—. No creí que me casaría mucho menos con ese hombre gritón del banco.

—El destino decidió.

—Por cierto, te ves muy bonita con ese vestido rosita —sonreí dando unas cuantas vueltas.

—Creí que me disgustaría, pero me terminó gustando.

—¿Quién te obligó? —bufó divertido.

—Charlie y Finn —crucé mis brazos—. Babosos.

—Eso es cierto.

{...}

—¡Camina animal! —grité jalando de Nick—. Mejor no te hubieras ofrecido en acompañarme —lo solté cruzándome de brazos.

—¡No me ofrecí! Me obligaste a acompañarte solo porque me viste sentando en el sofá —rodó los ojos—. Todo porque se te olvidó dejar estas mugrosas cajas.

Bien, había olvidado que Charlie me había pedido que dejara unas cajas de no sé qué para la fiesta y como el día que lo pidió estaba peleando con Cody no lo hice.

Así que la solución más fácil fue llevarlas a escondidas en el auto de papá. De todas maneras él tenía que llegar más temprano porque le tocaba recibir a los invitados.

Hey, el salón lucía bien.

Ni siquiera era un salón por completo, más bien era un jardín dividido en dos, una parte era para la boda en sí donde había sillas y la parte donde estarían los esposos ¡Ay, qué bonito decirles así!

Eh... en lo que estaba, la otra parte era donde estaban las mesas y sillas para la fiesta, la pista de baile y todas esas cosas de salones. Pero como Charlie quería un lugar donde pudiera ser la boda y recepción, por ello prefirieron ese bonito jardín. Y me llevo el crédito porque yo lo encontré.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora