40. Make you feel my love.

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Narrador:

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Narrador:

Alex se encontraba sentada en el borde de su cama, sin decir, ni pensar nada, simplemente miraba sus manos. Ya se había bañado y cambiado a ropa más cómoda.

Posó sus ojos alrededor de su habitación, se encontraba exactamente igual que como antes de irse, creyó que encontraría polvo y suciedad, pero estaba completamente limpia.

En un largo suspiró tomó su teléfono y le marcó a Finn. No tenía mucho que hacer, para ser honestos.

—¡Kendy! ¡Te extraño! —gritó con alegría al atender el celular—. ¿Estás bien, linda?

—Hola, idiota —dijo con una sonrisa—. Apenas han pasado unas horas, ¿No?

Son eternas, ¿Sabías?

—¿Qué has hecho?

Nick y yo hicimos un maratón de películas ochenteras, y nos dormimos tarde. Luego me desperté, y ¿Sabes algo triste? Cuando me desperté entré a tu habitación para despertarte, pero no estabas —Alex podía jurar que él estaba haciendo un puchero mientras hablaba.

—¿En serio? —sonrió—. Que bueno que no encontraste, cuando me despiertas estoy de mal humor.

Sí, también hoy mamá puso tu plato en la mesa porque dijo que mínimo así pensaría que ya terminaste de comer, aunque no estuvieras.

—Amo a Mary más de lo que me amo a mí misma —dijo un poco más fuerte como si ella pudiera oírla.

—¿Y a mí?

—Luego te digo —comentó con gracia—. ¿Qué van a hacer hoy?

—Creo vamos a ir a visitar a la abuela —Alex sonrió con nostalgia.

Ella había conversado con la abuela y el abuelo de Finn, eran personas muy lindas, sin embargo, no había tenido la oportunidad de conocerlos en persona.

Al mismo tiempo, recordó que tenía tiempo sin llamar a su abuela.

—¿Kendy? —Alex agitó la cabeza y volvió a la realidad saliendo de sus pensamientos.

—¿Recuerdas lo que te conté de mi abuela? —comentó de la nada.

—Sí.

—Creo que la extraño, no sé.

Podrías hablar con ella ahora que te encuentras por allá —animó.

—Ojalá, oye... ¿Sabes que se me olvidó? —cambió la conversación.

—¿Qué?

—Mi laptop, no sé cómo hacerle para estudiar —comentó con gracia.

—No se te olvida la cabeza porque la tienes pegada... —bromeó.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora