61. Sweet child O' mine.

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Finn:

Kendall, un simple nombre para los demás. ¿Para mí? Kendall era más que un simple nombre era un rostro, el rostro de mi amor.

En verdad no tenía palabras para describir la belleza gráfica que ella es.

Ella había hecho un enorme cambio en mi vida, un cambio magnífico.

Algo que me llenaba de alegría era saber que Kendall era mi primer amor, y deseaba que fuese el último. Quizá soy muy joven y ella también, pero sé que la intensidad en que la quiero es muy fuerte, y quien sabe si jamás deje de existir aquel amor.

Y pensar que el primer día que nos conocimos no nos caímos para nada bien, podría llegar a decir que hasta cierto punto nos aborrecíamos uno al otro, pero poco a poco se ganó mi corazón y mi afecto, justo como ella conmigo.

Si aquel día me hubieran dicho que terminaría enamorado de ella, seguramente me hubiera reído y dicho algo como "¿Yo? ¿Enamorado de esa malhumorada? ¡Ni loco!"

Me abofetearía a mí mismo si pudiera. Porque desde que la conocí la juzgué como una malhumorada, molesta, caprichosa y creída hija de papi.

Bueno... hija de papi y malhumorada si es, pero ese no es el punto.

El punto es, que no sé qué demonios había hecho bien en mi vida para encontrarla, y sobre todo mantenerla a mi lado.

Nadie me había hecho hacer lo que ella, y por todos los cielos, no había absolutamente nada que no haría por ella.

En los últimos días no habíamos podido pasar mucho tiempo de calidad juntos, pues Charlie y Scott habían decidio quedarse unos cuantos días más para convivir con ella. Por ende, solía irse casi todo el día con ellos y regresaba bastante tarde.

Tratábamos de estar juntos cuando llegaba, pero solía regresar bastante cansada y tenía cosas por hacer, así que solo eran unos cuantos minutos y se iba a su habitación a dormir o hacer sus actividades pendientes.

Supongo que ese sentimiento de extrañarla un poco era por la costumbre de siempre tenerla disponible para mí, pero entendía que no siempre sería así y estaba bien.

Podía conformarme con lo que podíamos tener.

—¿Ocupada? —pregunté asomando mi cabeza por la puerta de su habitación con una sonrisa coqueta.

—¿Necesitas algo? —murmuró sin dejar de teclear en su laptop manteniendo su mirada fija en ésta.

—A ti... —susurré con una mueca cerrando la puerta detrás de mí.

Kendall dejó de escribir para centrar su vista en mí con una sonrisa burlona. Ambos nos quedamos en las mismas posiciones, miré debajo de sus ojos y ahí posaban unas ojeras más marcadas de lo habitual, lo cual me indicaba que últimamente no había estado durmiendo como solía.

—¿Haces tarea? —pregunté acercándome detrás de ella. Recargué mi barbilla en su cabeza mientras pasaba mis manos encima de las suyas acariciándolas con lentitud.

—Efectivamente mi querido fastidioso —respondió burlona.

Miré la pantalla tratando de entender lo que hacía, pero la verdad no entendía absolutamente nada de lo que veía, así que fingiré e ignoraré el hecho de que no entendí.

—Parece ser complicado, así que asumiré que estás ocupada.

—No —alzó sus hombros y se levantó. Fruncí el ceño viéndome obligado a dejar mi cómoda posición y la miré un tanto confundido.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora