30. Ultimately.

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Narrador:

—Entonces... ¿Qué hacías en mi habitación? —cuestionó molesta la pelirroja.

—Nada —repitió Finn, o más bien, mintió.

Después de intentar pegar el sobre para que no se notará que este había sido pegado, Finn y Nick olvidaron introducir la carta antes de pegarlo, así que intentaron meterla de nuevo, pero ambos estaban peleando sobre quien tenía la culpa de todo. Así que como era de esperarse, siguieron peleando hasta romper la carta y el sobre. Intentaron pegarlo y lo dejaron, Alex, antes de dormir le dio un vistazo al sobre como cada noche, pero lo notó.

Así que a las dos de la madrugada levanto a ambos hermanos, regañó e insulto, ya que ninguno se animaba a delatarse o delatar al otro.

—Lo diré por última vez, ¿Quién fue y por qué? —se cruzó de brazos.

—Ya te dije que no fuimos nosotros —dijo Nick medio dormido—. Ya dejamos en paz, algunos tenemos cosas que hacer mañana.

—¿¡Entonces quién carajos fue!? ¿¡Santa Claus!? Si me lo dicen ahora no habrá problemas —dijo sonriendo.

Ambos hermanos se miraron entre sí burlones. Sabían la verdad detrás de eso.

—Mientes, esa sonrisa es más falsa que nuestra relación —respondió Finn.

—¿Ninguno va a confesar? —ambos hermanos permanecieron callados—. Bien —salió de la habitación de Finn y volvió a entrar con las manos detrás de la espalda.

—¿Acaso traes un cuchillo para matarnos?

—Nick, ¿Recuerdas el juego que tanto deseabas? —el mencionado asintió levemente—. Finn, ¿Recuerdas el disco de vinilo que querías pero jamás encontrabas? —Finn miró a su hermano y después a la pelirroja, y asintió—. Sería una lástima que algo le pasará a su hermosos regalos —Alex mostró ambas manos, en una tenía el videojuego de Nick y en otra el vinilo de Finn.

Ambas cosas las había comprado en la tarde cuando salió con Mary, recordó que ambos querían algo y se los compró, pero al notar lo de la carta y que ninguno de los dos diría nada no tenía otra opción.

—Solo díganme quien fue, y les daré sus regalos —sonrió.

— ¡Fue Finn, quiero mi premio! —Nick se lanzó sobre la pelirroja para arrebatar de sus manos el videojuego que tenía y salir corriendo—. ¡Te amo, Alex!

—¡Eres un maldito traicionero, hijo de...!

—¡Imbécil! ¿Se puede saber que mierda hacías espiando mi habitación? ¿Con qué derecho entraste? ¿Por qué mierda lees cosas que no te corresponden? —Alex comenzó a regañar de mil maneras posibles al muchacho, el cual parecía un niño pequeño el cual había hecho una travesura.

De tantas groserías que había dicho Finn había perdido la cuenta de estas.

—Hey...

—... pero nunca me hacen caso, a veces quisiera cortarle la cabeza maldito imbécil...

—Kendy...

—... siempre me ignoran, les digo, ¡No hagan eso! y parece que les digo ¡háganlo! Y tú siempre estás de...

—¡Alexandra! —gritó y por fin la pelirroja dejó de regañarlo y lo miró.

—¿¡Qué!?

—Si sigues gritando mis papás se despertarán.

—Ambos sabemos que tus papás duermen como troncos —se cruzó de brazos.

—Perdón —agachó la cabeza.

Waves -Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora