Continuación (1)

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Mi bebe me besa, jala un poco mi labio inferior, se separa un poco de mi, en ningún momento deja de observarme con esa mirada tan profunda. Aprovechando lo que tengo puesta, me pongo de pie y le empiezo a bailar, me giro de espaldas a ella, empino muy bien mi trasero, siento sus manos en el y yo ya estoy a lo que le sigue de húmeda.
Me siento en ella, voy hacia su oreja, le muerdo el lóbulo y le susurro "te amo tanto", siento como se le eriza todo el cuerpo, la beso con mucho deseo. De un momento a otro Alba se pone de pie conmigo encima, me pone también de pie a mi; de mi boca pasa a mis hombros, luego a mi frente, mi nariz y así va regando besos por todo mi cuerpo a la vez que me acaricia, recorre cada centímetro de mi cuerpo como si quisiera grabárselo. Me da mordiscos hasta llegar a mis pechos, me quita el brasier y hace lo mismo con ellos, se me han escapado ya varios gemidos; está bajando por mi vientre, llega hasta mi braga y la retira con los dientes, me agarra el trasero con mucha fuerza, todo lo que está haciendo me está poniendo al millón. No aguanto más, tomo con mis manos su rostro, le doy un beso con mucho desenfreno.

Alba: Tranquila princesa.
Aida: Tú me pusiste así, ahora no pidas tranquilidad.

Oigo como empieza a reírse. Me recuesta en la cama, baja hasta mi zona íntima y me hace un maravilloso oral, no se ni de dónde cogerme, a cómo puedo logro agarrar una almohada para colocármela en la boca y ahogar mis quejidos. Siento que se detiene, a mí se me va salir todo ahora mismo y a mi mujer se le ocurre parar.

Aida: Por que te detienes?
Alba: Lo mejor tarda un poquito.
Aida: Eres una cabrona.

Sale esa sonrisa hermosa, me quedo toda odiota viéndola. Se pone de pie y aparece con un pañuelo en sus manos.

Alba: Es hora de disfrutar.

Termina de decir eso, me coloca el pañuelo en los ojos, estoy nerviosa pero también súper caliente, quiero que me haga de todo en este momento. Está besando todo mi cuerpo hasta que llega a mi entrepierna, me dice que las abra un poco y yo le hago caso. Me está haciendo perder la cabeza, que bien lo hace, necesito tocarla pero no puedo porque tiene sus manos entrelazadas a las mías. Estoy apunto de estallar.

Aida: No pares mi amor.

Siento como mi cuerpo se tensa, llegó en un fuerte grito a un maravilloso orgasmo. Ya no sé ni dónde estoy, mi bebe me da un beso en el cual siento mi sabor; por fin me desprende del pañuelo, trae esa sonrisa pícara.

Alba: Te gustó?
Aida: Fue maravilloso, quería ser yo quien tomará las riendas, pero me encanto que lo hicieras.

En el momento que menos se lo espera, ahora soy yo quien está encima; la beso mucho, hago lo mismo con sus senos, me coloco bien entre sus piernas, me muevo lentamente, a Alba se le han escapado varios gemidos.

Alba: Más rápido mi amor.

Lo voy haciendo poco a poco, pone sus manos en mi culo para estar más pegada a ella; ambas estamos yendo al mismo compás, estamos gritando mucho sin importar que todxs estén en la planta inferior. Después de unos movimientos más, ambas llegamos al orgasmo, caigo totalmente rendida al cuerpo de Alba, ella me abraza y siento un poco de fuerza al momento que lo hace.

Alba: Te extrañe tanto mi amor.
Aida: Yo más bebe.

Pongo una mano en su pecho para poder mirarla.

Alba: Ya me estaba olvidando de cómo se sentía tocar el cielo.
Aida: Te amo (dandole un beso en la mejilla) Te amo (en la nariz) Te amo (en la boca)

Esa noche hicimos el amor hasta cansarnos, creo que nunca había echo el amor tantas veces en una sola noche. Ahora mismo son casi las 5 de la mañana, estoy entre los brazos de mi bebe, verla dormir es algo que me hace muy feliz, es sorprendente como una persona puede poner tu mundo patas arriba, darte tanta seguridad y hacerte muy feliz con solo mirarte. Me acomodo bien en su pecho y me quedo profundamente dormida.
Me voy levantando poco a poco, sorprendentemente Alba sigue durmiendo, le doy un suave beso en los labios y me levanto de la cama. Veo todo el desorden de la habitación y sonrío como tonta al recordar la noche maravillosa que pasamos. Me coloco mis bragas, saco una playera de Alba la cual me llega hasta los muslos y voy hacia la cocina a hacerle el desayuno a mi amor o al menos a intentarlo.
Voy llegando a la cocina, me encuentro con Karen.

Karen: Buen día Aida. (Dándome dos besos)
Aida: Hola Karen, qué tal dormiste?
Karen: Pues muy bien, no te pregunto lo mismo porque es más que evidente que dormiste muy bien.

Siento como la sangre se me va subiendo al rostro, definitivamente todxs se enteraron de la gran faena que tuvimos anoche.

Aida: Que cabrona eres Karen, por lo que veo ustedes también la pasaron muy bien.
Karen: Pues si, nos divertimos mucho, la fiesta terminó como a las 6 de la mañana.
Aida: Pues si ya va ser medio día y aún duermen todos.
Karen: Terminaron muy mal, yo era la única que estaba un poquito sobria. Eh Aida puedo contarte algo?
Aida: Claro que si te escucho. (Mientras intento cortar naranjas)
Karen: Puedo ayudarte, es que pienso llevarle el desayuno a Bruna.
Aida: Ay si gracias 😅, yo haré lo mismo con Alba. Dime que querías contarme.
Karen: Pues veras anoche Bruna estaba muy tomada y me dijo algo que me gustó mucho, pero no sé si creerle porque estaba como una cubata.

Mi Felices Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora