CAP 83

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NARRA ALBA

Caminamos abrazadas, cierro la puerta con el pie.

Aida: Nunca más vuelvas a ocultarme algo así. (Tomándome con sus manos mi rostro) Quiero saberlo todo, eres mi novia y tengo derecho a saberlo, por favor Alba.
Alba: Te lo prometo mi amor, solo que no quería preocuparte, estabas lejos princesa.
Aida: Igual quiero saberlo.
Alba: Está bien amor, perdóname por habértelo ocultado.
Aida: Te perdono, pero no lo vuelvas a hacer.

Le asiento con la cabeza, me acerco poco a poco a ella, rozo mi nariz con la suya.

Alba: Por fin voy a tener mi verdadera medicina. (Susurrando en sus labios)

Le doy un beso muy suave, con mucha dulzura, sin prisa ni ganas de llegar a más porque ahora solo necesitamos esto, entregarnos la una a la otra con todo el amor que sentimos.

Alba: Te amo (besando su nariz), te amo (besando su frente), te amo (besando sus labios)
Aida: Te duele algo? (Dice preocupada) Necesitas algo?
Le vuelvo asentir con la cabeza.

Aida: Que necesitas, bebe?
Alba: Te necesito. (Presionándola a mi cuerpo)
Nos damos un beso mucho más apasionado, son 10 días sin ella, la necesito muchísimo.

Aida: No quiero hacerte daño.
Alba: Tu jamás me haces daño. (Besando su cuello)

Me siento en la cama, la atraigo hacia mi para sentarla encima mía. Me ayuda para que pueda desvestirme, beso sus pechos con mucha desesperación. Me desprende de mi playera, suelta un pequeño gruñido.

Aida: Te lastime?
Alba: No mi vida, estoy bien. (Besándola sin parar)

Con mucha dificultad le quito su short seguido de sus bragas; juego un poco con su parte íntima haciéndola sufrir mucho.

Aida: Ya mi amor. (Dice gimiendo)

Meto mis dedos dentro de ella, empieza a cabalgar sobre mi para poder ayudarme, estoy muy perdida, ya no sé ni cómo ahogar los gritos de mi novia. No he parado de besar sus pechos luego mi boca, mientras que cada vez subo más la intensidad, siento que sus piernas van perdiendo su fuerza hasta que en un grito llega a un maravilloso orgasmo.
Su cuerpo se va para atrás, logro agarrarla de la cintura a como puedo. La beso como si fuera de cristal, la acaricio con tanta suavidad, ella sabe cómo hacerme el amor.

Aida: Te amo tanto.
Alba: Yo te amo mucho más.

Poco a poco me recuesto en la cama, me besa todo el cuerpo, me desprende de las pocas prendas que me quedan. Se coloca bien en medio para quedar más unidas, primero se va moviendo lento.

Alba: Venga princesa, más rápido. (Digo jadeando)

Cada vez lo hago más rápido, con una mano la apego más a mi, voy hasta sus labios y la beso para evitar que nuestros gritos se sigan oyendo. Vamos a un ritmo tan coordinado, falta poco para que ambas lleguemos al orgasmo. Ya no sé ni quién de las dos está temblando tanto hasta que de un momento a otro nos corremos al mismo tiempo, se desploma sobre mi cuerpo para tratar de calmar nuestras respiraciones, siento que el corazón se me va salir por la boca.

Alba: Tu eres mi medicina. (Acariciando su espalda)

Se acomoda sobre mi hombro que está bien, se me queda viendo fijamente a los ojos, con su dedo índice delinea todo mi rostro, viene hasta mi cuello e inhala muy fuerte para llenarse de mi aroma.

Aida: Me dio tanto pavor cuando me dijiste lo que había pasado, no soportaría que te pase algo.
Alba: Estoy bien mi amor, no te preocupes más. (Besando su frente)
Aida: Fue en el operativo?
Alba: No amor.
Aida: Entonces? (Dice sobresaltada y sentándose encima mía)

Le cuento que fue lo que realmente pasó.

Aida: Quién te hizo eso? Por qué a ti?
Alba: Lo voy averiguar bebe, esto ya no me está gustando nada, lo que más miedo me da es que puedan hacerte algo a ti.
Aida: A mi no va pasarme nada, en cambio a ti si, estoy segura que fue el mismo tipo del restaurante.
Alba: Yo también creo que fue ese mal nacido, en parte me calma un poco que estés de viaje, ya que así te mantienes alejada de esta basura de gente.
Aida: Quiero estar donde tú estás. (Agarrándome del rostro) Quiero cuidarte.

Eso es a lo que más le temo, temo de tenerla a mi lado y que le pase algo.

Alba: Lo sé mi cielo, pero tengo miedo que te pase algo por mi culpa.
Aida: No pienses en eso, no va pasar nada. Sé que eres la mejor oficial y que vas atrapar a esos malditos, confío en ti. (Dándome un pico)

Intento acomodarme en la cama, pero lo único que causo es generarme un poco de dolor haciendo que mi bonita lo note, ya que se asoma a ver la herida y el parche está de sangre.

Aida: Amor estás sangrando. (Dice asustada)
Alba: Debe ser por el ejercicio que hemos hecho. (Digo riendo)
Aida: Es en serio bebe, iré por un botiquín para curarte.
Alba: Nooo (Digo con voz de bebe), quédate aquí.
Aida: Me quedare todo el finde consintiéndote, pero ahora necesitas que te cure y eso haré.

El sonido de la puerta nos interrumpe, y como no, es mi lindo cuñado que quiere entrar sin ser invitado.

Alex: Joder!! Serán cerdas las dos. (Tapándose los ojos)
Aida: Deberías esperar a que te de pase. (Mientras me cubre con las sabanas y a Ella también)
Alba: Ya puedes ver cuñado.
Alex: Venía a saludarte hermanita. (Dándole dos besos) Que carajos te pasó Alba? Fue en el operativo de ayer?
Alba: Como sabes que tuve un operativo?
Alex: Salió en las noticias, eres toda una crack, cuñi.
Alba: Jajajaja.
Alex: Pero veo que no salió bien, estás bien?
Alba: Si si lo estoy, no te preocupes.
Alex: Veo que ni eso las detiene para hacer guarradas. (Dice riendo)
Aida: Que cabron eres!
Alex: Bueno las dejo, nos vemos al rato. (Saliendo de la habitación)
Aida: Yo voy por el botiquín, sería bueno ponerte un cabestrillo.
Alba: Si lo estaba usando, está en mi morral.
Aida: Me da ganas de matarte.

Le hago puchero como una niña pequeña.

Aida: Ya vuelvo mi amor. (Dándome un pico)

Mi Felices Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora