CAP 115

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NARRA AIDA

Todo esto parece una pesadilla, no puedo creer todo lo que está diciendo este tipo, como puede existir gente tan mala? Como son capaces de causar tanto daño?
No reconozco a Alba, está echa un demonio, tiene la mirada llena de odio, furia y tristeza. Con cada golpe que da siento que lo va matar, pero no es para menos, se está enterando de como mataron a su hermana y fue de la peor manera.
Ya quiero que esto acabe, pero este mal nacido aún tiene más, me devuelve el grito diciéndome que yo terminaré igual, pero eso hizo desatar otra vez la furia de Alba.
Estoy aterrada, por fin llega la policía, llegan 3 patrullas, en ellas vienen Karen y Gutiérrez, dos oficiales van hacia Alba para detenerla, pero es en vano, ya que Alba los aparta de su lado como si se estuviera quitando moscas del cuerpo. Ahora van 4 oficiales, la toman entre todos hasta que logran apartarla. Voy hacia ella para intentar calmarla, hago que nuestras miradas choquen y logro lo que quería.
Sé que esto no termina acá, vuelven a sacar al canario, ya que lo tenían esposado en la patrulla.
Todas nuestras miradas van hacia Gutiérrez, tal parece que el sabía todo esto, es algo que no puedo creer, qué hay detrás de todo esto?
Alba se abalanza contra Gutiérrez, le grita una y otra vez mientras lo golpea. El le explica lo qué pasó, lo tenían amenazado y muchas veces el miedo puede más que uno.
Alba me ordena que me vaya, yo no puedo, no puedo dejarla sola, pero en estos momentos solo estorbo, tengo que ser consciente de eso.
Nos vamos en la patrulla, Karen me tiene abrazada, no he parado de llorar en todo el camino.
Llegamos al departamento, Bruna nos estaba esperando en la puerta, al verla lo único que hago es abrazarme a ella.
Entramos al departamento, los 3 oficiales se quedan en la puerta. Bruna prepara te para las 3 mientras yo no dejo de pensar, de dar vueltas por todo el salón.

Karen: Aida cálmate, Alba estará bien.
Bruna: Tranquila cuñi, Alba va regresar.
Aida: Se les olvida a las dos que Alba ha salido del hospital hace a penas dos semanas? (Digo cabreada)
Karen: Alba tiene que hacer esto sola, entiéndela.
Aida: Y tú cómo estarías si fuera Bruna la que este como Alba, estrías aquí tranquila?
Karen se queda en silencio mientras Bruna la abraza, sé que me he pasado.

Aida: Lo siento Karen, lo siento.
Karen: Tranquila Aidi. (Abrazándome)

Me pongo a llorar, sé que todo esto influye mucho en mi relación con Alba. Va intentar alejarme, pero yo no lo puedo permitir, no ahora, no podemos estar alejadas.
Ha pasado una larga hora, no sabemos nada de Alba, siento que me voy a morir de la angustia. El sonido de mi móvil hace que me sobresalte, lo tomo rápido esperando que sea Alba, pero es mi madre.

Anna📞: Hasta que respondes, donde estás? Por qué no me has avisado?
Aida📞: Lo siento mamá, se me fue la hora, estoy con Alba.
Anna📞: Estaba muy preocupada por ti, no me hagas eso por favor.
Aida📞: No era mi intención mamá, lo siento.
Anna📞: Vale mi amor, lo bueno es que estás bien, te quedaras con Alba?
Aida📞: Si mamá, ya mañana nos veremos.
Anna📞: Estás bien? Te noto muy rara.
Aida📞: Estoy bien mami, no te preocupes, te quiero, besos.
Anna📞: Vale mi amor, también te quiero.

Cuelgo la llamada con mi mamá, tengo que mantenerla alejada de todo esto. Estamos en el salón, oímos la puerta abrirse, Karen se para con su arma en la mano hasta que vemos que se trata de Alba, voy corriendo hacia ella para abrazarla.
Ella me corresponde el abrazo mientras llora desconsoladamente, me aprieta muy fuerte a su cuerpo, siento como respira muy fuerte en mi cuello, como si quisiera llenarse de mi olor. Toma con sus manos mi rostro, me ve fijamente y vuelve a abrazarme. Lo único que hago es abrazarla, no entiendo nada, pero no quiero saber más por hoy, solo quiero tenerla así conmigo.
Karen aparece con un botiquín para curar a Alba, hago que se siente para poder limpiarla.
Agarro gasas, algodón, alcohol, agua oxigenada y todas las demás cosas que se necesita.
Alba mantiene sus manos firmes en mi cintura, no dice ni una sola palabra ni siquiera hace una mueca de dolor. Su mirada es fría, triste. Su cuerpo está aquí, pero su mente no, intento pararme para ir por una crema, pero ella me lo impide.

Aida: Iré por la crema, tu pómulo está muy hinchado.
Alba: No te vayas, por favor.

Le asiento con la cabeza.

Bruna: Yo iré por la crema.

Bruna regresa al salón con la crema, se la empiezo a colocar.

Aida: Cierra los ojos porque te va arder. (Con la voz entrecortada)

Ella cierra lentamente los ojos mientras unas lágrimas caen por sus mejillas. Se las limpio, acaricio suavemente su rostro, Alba se deja llevar por mis caricias, besa mi mano para abrir los ojos. Las dos estamos llorando, no decimos absolutamente nada, me doy cuenta que estamos solas. Alba me acaricia todo el rostro, hace que me siente en sus piernas para abrazarme muy fuerte, besa mi cabeza mientras me dice.

Alba: Perdóname, perdóname.
Aida: No tengo nada que perdonarte, tú no hiciste nada.

Nos quedamos abrazadas, tengo miedo por lo que vaya suceder, por la decisión que vaya a tomar. Quiero quedarme así con ella, no salir de aquí y olvidarnos del mundo, pero la realidad es otra.
Vamos hacia la habitación, nos ponemos las pijamas. Nos acostamos en la cama, yo en su hombro mientras ella me abraza, nos pegamos lo más que podemos.
Ambas sollozamos, me abraza y me besa la cabeza; no quiero que amanezca porque sé que cuando eso suceda todo va ser diferente, pareciera que esta sea la última noche que este pasando con Alba, con el amor de mi vida...


Mi Felices Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora