CAP 99

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NARRA AIDA

Es evidente que Alba venía decidida a cualquier cosa, llevo la situación lo más razonable que se pueda. Alba plantó su mirada en mi, sé que se muere por gritarle a Ricardo que somos novias, pero no lo hace por temor a meterme en problemas, así que lo hago yo. Le ha tomado por sorpresa, no esperaba para nada que me dijera algo así, Alba y el se quedan viendo fijamente a los ojos, pareciera que fuera una competencia en la que el que pestañea primero pierde.

Se siente algo tensa la situación, es hora de irse.

Aida: Bueno Ricardo, nosotras nos vamos. Alba luce cansada (acariciando su mejilla), ya nos veremos en el trabajo. Un gusto conocerte. (Dandole dos besos)
Ricardo: Ya tendremos más tiempo para conocernos.
Alba: Cuídate Ricardo, (Dandole la mano) Vámonos mi amor. (Tomándome de la cintura)

Ambas salimos de la cafetería, nos subimos en su auto, ninguna de las dos dice nada. Alba tiene su mano en la palanca de cambio, la entrelazo con la mía haciendo que ella se gire a mirarme y me sonría de manera tierna.

Alba: Le gustas y lo sabes, tu también lo has notado.
Aida: Pues no lo sé y no tiene importancia.
Alba: Si la tiene, es un tío muy guapo.
Aida: Igual que Silvia y yo no digo nada, la tienes pegada a ti todo el día.
Alba: Tu también tendrás a este pegado como a una lapa.
Aida: Pero a mi no me importa.
Alba: A mi tampoco me importa Silvia!
Aida: Es solo mi fotógrafo.
Alba: Es solo mi compañera.


Ambas nos quedamos en silencio hasta llegar a su piso. Subimos, nos encontramos a Bruna y Karen, las saludo y me voy a la habitación de Alba.
Me doy una rápida ducha, salgo para ponerme un poco de crema en el cuerpo, me coloco la pijama y me acuesto en la cama.
A los minutos siento como Alba entra a la habitación, me hago a la dormida. Toma una ducha rápida, luego se coloca su pijama, se acuesta en la cama. Se mueve de un lado a otro, no soporto estar así con ella.
Siento como se acerca a mi, me abraza por la cintura pegándome a su cuerpo.

Alba: Se que me estás oyendo, perdóname mi amor.

Abro los ojos, ella lo nota porque me gira para quedar frente a ella, es inevitable que unas lágrimas se me escapen.

Alba: Fui muy tonta, los celos a veces me pueden mucho y la sola idea de perderte me desconcierta aún más.
Aida: Yo te quiero a ti, te amo a ti y tienes que confiar en mi.
Alba: Lo sé y te pido otra vez perdón. (Rozando su nariz con la mía)
Aida: Tu también perdóname por haberte dicho lo de Silvia.
Alba: Vamos a olvidarlo, si?

Le asiento con la cabeza mientras nos besamos muy lento.
Alba va bajando su mano hasta mi zona íntima, al notar que estoy muy húmeda me desprende de la poca ropa que llevaba, me besa los pechos haciendo que salgan gemidos. Siento como juega haciendo que me queme todo el cuerpo de placer, sube hasta mi oído.

Alba: Te amo, dime que eres mía. (Con la voz ronca)
Aida: Soy tuya. (Digo entrecortada)

Siento sus dedos dentro haciendo que estalle de placer, cada vez su embestidas son más rápidas, me besa para tratar de ahogar mis gemidos.
Alba: Venga mi amor, dame tu orgasmo.

Me aferro a su espalda, después de unos movimientos más llego al orgasmo.
Alba me besa todo el rostro mientras yo recupero poco a poco la respiración. Me ve directamente a los ojos mientras me sonríe contagiándome con su preciosa sonrisa.

Aida: Me haces perder la cabeza. (Besando su nariz)
Alba: Que me hiciste, Aida Domenech?
Aida: Lo mismo que tú a mí.


Me giro para quedar encima de ella, para devolver un poco de todo lo que ella me ha hecho sentir. Dicen que lo mejor de las discusiones son las reconciliaciones y si que lo son, Alba y yo pasamos una noche maravillosa, no sé ni en que memento nos quedamos dormidas.
Me despierto a causa de los rayos del sol que entran por la ventana, veo un brazo que rodea mi cintura, solo de verla hace que recuerde la noche maravillosa que pasamos. Trato de moverme un poco para ver la hora, Alba ya debería estar levantándose para ir a trabajar, me sorprende que sea yo la primera en despertarse. Me giro para quedar frente a ella, con mi dedo delineo todo su maravilloso rostro mientras le doy suaves besos para despertarla.

Aida: Levántate mi amor, abre tus ojitos que te estás haciendo tarde.
Empieza a moverse, va abriendo poco a poco sus ojos, me ve y sonríe.

Alba: Buenos días hermosa.
Aida: Buenos días bebe. (Dandole un pico)
Alba: Hace cuanto llevas despierta?
Aida: Hace unos minutos.
Alba: Que hora es?
Aida: Van a ser las 7:30 amor.
Alba: Joder ya voy tarde a la comisaría, qué ganas de quedarme así contigo. (Metiendo su rostro en ml cuello)
Aida: Yo también quisiera quedarme así, pero tienes que ir.
Alba: Si bebe.
Aida: Ve a ducharte mientras yo te preparo el desayuno.
Alba: Vale princesa. (Dándome un beso)

Mi novia va a ducharse, me pongo una playera de ella y voy a la cocina a hacerle algo de desayunar, me encuentro a Karen.
Nos saludamos, ella creía que ya Alba estaba en la comisaría, pero al no ser así se echa a reír. Después de un rato bajan nuestras respectivas novias, nos ponemos a desayunar las 4.
Luego de un rato Karen y Bruna se van a currar mientras Alba va dejarme a mi casa. Una vez que lo hace así se va volando a la comisaría, no sin antes quedar en vernos para almorzar, los días que estoy en Barcelona quiero pasarlo al máximo con mi Alba.

Descanso un poco. Suena mi móvil, me alisto para ir a verme con Alba.
Me pongo súper guapa, tomo un taxi y voy para la comisaría.
Voy hacia la oficina, no está Karen, me acerco un poco más, la puerta de la oficina de Alba está abierta y se oyen risas desde adentro. Me asomo y veo algo que me desagrada por completo, Silvia está muy cerca del rostro de Alba y a ella no se le ve para nada desconforme.

Aida: Buenas tardes. (Digo seria)

Mi Felices Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora