Me sentía un poco mareado y sentí que de repente mi visión se nublaba, además había amanecido con algunos puntos blancos dentro de mi boca, al parecer aftas, pero lo deje pasar y lo dejaba pasar. Estaba llegando al gran foro de Puebla, había sido invitado a una gran convención de tecnología donde me encontraría con un amiguito de 23 años del cual me parecía buena idea acompañarlo. Lo conocí hace unos meses mientras me encontraba trabajando vendiendo algunos terrenos y residencias, él llego con su padre que era mi cliente. Después de unos días, recibí un mensaje y la solicitud de amistad en mi perfil de Facebook.
Dudé un poco al principio pero al final ocurrió lo mismo que con Camilo, había algo en él que me recordaba a aquel chico: Mi pequeño. Sabía que estaba con aquel abogado, de igual forma entendía que yo no podía intervenir con ello. Solo hemos mensajeado unas cuantas veces mensajeando acerca de lo que estaba haciendo el otro. Platicas muy sin sentido que sentía vacías. Me di cuenta de algo en ese momento... Yo también tenía que superar la imagen de aquel chico como él lo había hecho con mi imagen.
Con Mario fue un largo tiempo lo que estuvimos hablando por mensaje y llamada, era un chico amable, al igual que inocente, un chico que se podría decir era un Darío de 19 años que había conocido en aquel bar. De cabello oscuro y mirada feliz café. Salimos a cenar como dos veces y no supe como pero cuando me pidió salir con él a esa cumbre tecnológica, pensé que sería buena idea ir a verla. Además llevaba mucho tiempo encerrado entre mi casa y mi trabajo, por eso no lo vi cómo tan mala idea.
— ¡Esteban! — Me encontraba esperando cerca de la entrada cuando veo que aquel joven llegando con una sonrisa brillante y ojos esperanzados. — Lo siento, llegué un poco tarde. —
— No te preocupes Mario. Apenas llegué hace unos minutos. — Dije con una sonrisa.
— Qué bueno. Aquí tengo las entradas. — Sacó de su sacó unas hojas donde venía un código de barras para la obtención de los boletos. Ambos comenzamos a caminar rumbo a la taquilla y la entrada.
— Vaya, se ve demasiada gente. — Volteé a todos lados viendo la cantidad de gente inmensa que había, sobre todos estudiantes jóvenes quienes parecían emocionados.
— Claro, muchos de ellos son estudiantes de otros estados que vienen específicamente a este evento. Aquí se presentan demasiados avances tecnológicos de punta, que saldrán a futuro a mercado. No solo la ciencia y la informática, también en la medicina y en otras áreas se presentan inventos o investigaciones que combinen distintas ciencias. Eso es LandDivice. —
— Wow. — Fue lo que dije mientras llegábamos a la entrada mostrando los papeles. Para después ponernos unas pulseras de color brillante. Mientras veíamos los distintos stands que había en aquel inmenso lugar, recibí una llamada viendo raídamente que se trataba de mi hermana Azucena. — ¿Qué sucede hermanita? —
— No te has tomado las pastillas que te recetaron, el frasco esta nuevo. —
— Estos días me he sentido de maravilla, no creí que fueran necesarias. —
— Tienes que tomarlas, te sientas bien o no. Eso dijo el doctor y tienes que seguir el tratamiento como se debe. — Me dijo enojada. — Esteban... —
— Lo sé. Cuando llegué las tomaré. — Respondí algo molesto.
— Ximena dice ¿Qué si puedes traerle un pastel? — Mi expresión cambió de repente a ser una sonrisa al escuchar el nombre de la única mujer con quien se ilumina mis ojos.
— Dile a mi princesa que ella obtendrá todo lo que pida. — Comencé a reír solo escuchando un suspiro de derrota de mi hermana quien solo se despidió de mí con un pequeño regaño adicional para después colgar.
ESTÁS LEYENDO
Cicatriz de Espadas (Historia LGBT/Finalizada)
RomanceDarío Rivero es un chico que va vagando por la vida sin poder comprender su lugar en el mundo, se encuentra casi en la línea límite del quiebre emocional, sin saber a donde dirigirse con miedo en el futuro cercano, se ve envuelto en dudas que le pro...