Para Darío Rivero empezar el día consistía en hacer inhalaciones y exhalaciones profundas como desde hace mucho acostumbraba. Eso le ayudaba a calmar un poco el punzón de su pecho con el cual siempre se despertaba desde que hace algún tiempo, era prácticamente un hábito. Pero en su mente aun recordaba lo que había ocurrido la noche anterior. Fabián lo había besado y ninguno dijo ni una palabra, el abogado se limitó a dejar a Darío en su cama y dejarlo descansar. El chico no podía alterarse por eso, decidió comenzar el día como si nada de aquello hubiera pasado.
— Bien, es hora de empezar... — Dijo rápidamente, su reloj marcaba las 6:30am. Su rutina diaria era levantarse para entrar a bañarse y no durar más de 15 minutos. Después de eso se cambiaba y se arreglaba, 7:05 am el joven de cabellera oscura se encontraba saliendo de su habitación dirigiéndose a la cocina a preparar un desayuno rápido, pero lo más importante era tener listo el café para su roomie.
— Buenos días, Darío. — Dijo una voz grave entrando a la cocina, acariciando los cabellos del joven como saludo como era ya de costumbre. Fabián Morales era el roomie de Darío y así ha sido durante dos años, pero esa mañana al sentir su tacto el chico se alteró un poco. El hombre vestido en traje tomó una taza para servirse un poco de café caliente, dando un pequeño trago se acercó a la barra comedor donde el chico comía una pieza de pan con un café. — ¿A qué horas tienes clases hoy? —
— ¿Hoy? 9am — Dijo rápido, viendo en su celular la hora, eran las 7:25am. — ¿Y tú? ¿Tienes reunión? Es raro que estés así vestido a estas horas tan temprano. —
— Si. Tenemos un juicio y ayer Beltrán se quedó hasta tarde investigando y preparando la defensa por lo que hoy me toca ir a presentarme al juez. — Dijo un poco desganado el hombre, tomando al café y dejando la taza de nuevo sobre la barra.
— Beltrán y tú hacen un buen equipo. — Comentó, tal parecía que el abogado había tomado la misma postura.
— Somos hermanos, debemos ser un buen equipo. — Aunque el abogado mostraba seriedad ante todo para Darío ya era lo más extraño ya que desde hacía tiempo Fabián se había mostrado abierto ante su compañero de departamento. No paso mucho después de que llegaron a vivir ahí cuando simplemente ambos se acoplaron a vivir juntos, a tal grado que sabían cosas del otro en su forma de vivir.
— Por cierto ¿A qué horas vas a estar en Luna de café? — Preguntó el hombre.
— Como a las 4 de la tarde. Después de mis prácticas profesionales en la universidad. — Estaba en la recta final, a las 9 era solo una clase a la que asistió Darío, después de esa clase iba a sus prácticas profesionales las cuales estaba presentando con un doctor de la facultad dentro de las instalaciones haciendo pruebas y experimentos con maquinaria eléctrica y paneles electrónicos que el mismo doctor estaba creando. Saliendo regresaba a trabajar a luna café hasta la noche.
Fabián se quedó pensando unos minutos, algunas muecas y parpadeos hicieron extrañarse al chico quien le dio el último trago a su taza de café. — Pasaré a comer como a las 4:30. —
— ¿Y por qué me avisas? — Dijo Darío.
— Simple, es muy incómodo que tu socio me atienda y se me quede mirando enojado. — El joven solo sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, empezando a reír nerviosamente. — Hasta cuando me tendrá celos, si ustedes no son nada. —
— Bueno, no puedes culparlo... Ten en cuenta que lo rechacé y unos días después me estaba mudando contigo. —
— Pues ya va siendo hora de que se cuenta que no tiene oportunidad contigo. — Dijo el abogado con una mueca y una mirada pensativa. Haciendo que Darío solo se le quedará viendo preocupado. — Eres demasiado feo y niño para mí. — Comentó el abogado sarcásticamente.
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Cicatriz de Espadas (Historia LGBT/Finalizada)
RomanceDarío Rivero es un chico que va vagando por la vida sin poder comprender su lugar en el mundo, se encuentra casi en la línea límite del quiebre emocional, sin saber a donde dirigirse con miedo en el futuro cercano, se ve envuelto en dudas que le pro...