Durante un largo rato una ambulancia iba sonando su sirena mientras avanzaba por calles a toda prisa mientras la noche atenuaba el lugar, un ambiente triste se vivía esa noche, la luna no se veía y la soledad de las aceras era evidente mientras seguía corriendo el vehículo. Su destino era el hospital, llevaban un paciente con poco pulso, los paramédicos daban y empujaban con sus manos el pecho del paciente tratando de aumentar un poco aquel débil pulso del corazón. Al llegar a su destino bajaron con rapidez la camilla mientras detrás de ellos una persona, un hombre bajaba viendo incrédulo lo que estaba viviendo, aquella persona recostada era el amor de su vida y estaba ingresando a urgencias. Caminando a pasos veloces Damián Morales seguía la camilla pero de repente trató de pasar aquella puerta donde ya no era posible seguirlos, fue detenido por varias enfermeras que no le permitieron seguir, insistiéndole que tenía que esperar pero el abogado no quería entender al no ver a donde se llevaron a su prometido.
— ¡No, necesito ir con él! ¡Es mi pareja! ¡Déjenme pasar! — Gritaba con enojo mirando como lo alejaban en la puerta. — ¡Señorita no lo entiende! —
— Entiendo, créame que entiendo. Pero necesitamos que los doctores hagan su trabajo, cuando esté todo bien, será el mismo doctor que le de noticias, pero tiene que esperar... — Dijo la enfermera deteniendo al abogado quien simplemente miraba la puerta por donde había pasado Darío hace unos segundos. No lo podría creer, hace unas horas estaban felices diciéndose te amo y celebrando su compromiso, ahora estaban ahí en el hospital sin saber que le pueda ocurrir a la persona que ama ahí adentro.
— Mi bello ángel... Darío... —
El abogado quería entrar, no importaba si acababa golpeando a todo el personal quería estar a su lado, pero sabía que no lograría nada con eso, por eso simplemente se quedó parado ahí viendo la puerta abrirse varias veces para ingresar más urgencias al hospital, los minutos pasaban Damián no dejaba de pensar en cosas malas, al escuchar los gritos que se escuchaban, las y los enfermeros, médicos que pasaban corriendo con prisas algunos manchados de sangres, la espera era tormentosa sobre todo por aquellos llantos que se escuchaban, no quería que pasara, ese era su mayor miedo que su llanto fuera lo que armonizará aquel lugar, necesitaba pensar en otra cosas, tratar de ser positivo y fue de repente que su celular comenzó a vibrar como loco, viendo con sus ojos hinchados de tanto lagrimear, observó la llamada entrante. Y era su hermano. — Fabián... — Dijo en un susurró contestando y poniendo su celular en su oído.
— ¡Al fin! Los hemos estados buscando desde hace horas, nuestro padre necesita hablar con ustedes de carácter urgente. Pásame a Darío, tiene su celular apagado y todos también lo están buscando... — Dijo con prisa el hombre pero su respuesta fue un silencio y algunas respiraciones forzadas por parte de Damián tratando de no llorar, eso alerto de inmediato a Fabián. — ¿Damián? ... ¿Dónde está Darío? ¿Dónde están ustedes? ¡RESPONDE MALDITA SEA! — Gritó desesperado.
— E-Estoy en el hospital... Lo encontré tirado y simplemente... — Dijo triste el abogado pero la llamada fue cortada enseguida. Sabía que venían en camino, no solo su hermano, si no todos... Absolutamente todos, rápidamente tecleando la pantalla de su celular de nuevo el abogo puso una llama en su oído donde rápidamente contestaron... — Julián, no cuelgues... —
— ¿Qué quieres me vas a restregar tu compromiso con el chico? —
— Nada de eso, de seguro tampoco has contestado llamadas y también tienes que saberlo... Darío entró a urgencias, no sé lo que le pasó simplemente salí unos minutos por una situación que no estaba en el plan, cuando volví solo estaba tirado en el suelo con el pulso muy bajo. —
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Cicatriz de Espadas (Historia LGBT/Finalizada)
RomanceDarío Rivero es un chico que va vagando por la vida sin poder comprender su lugar en el mundo, se encuentra casi en la línea límite del quiebre emocional, sin saber a donde dirigirse con miedo en el futuro cercano, se ve envuelto en dudas que le pro...