Damián observaba como su bello ángel y Fabián estaban riendo mientras platicaban, el abogado mayor había ido por algo de comer y acababa de regresar después de algunos minutos. Damián sonreía junto con ellos al verlos tan contentos.
— Veo que tienen una platica bastante divertida. — Dijo al entrar el hombre con una gran bandeja con comida.
— No es nada, simplemente recordábamos los dos años que vivimos juntos. — Respondió Darío riendo aún junto a su cuñado.
— Nunca superaré la vez que saliste con la botarga de pikachu en Halloween, salió y todo era baile y fotos por aquí por allá, yo estaba en el depa tranquilo viendo una película cuando me llaman para avisarme que un pikachu se había peleado con una botarga de doctor Simi. —
— ¡¿Qué?! — Exclamó impactado.
— Habíamos hecho unas retas de baile, las cosas se salieron de control cuando nos pusieron a bailar ska. — Reía el chico desde la camilla, pero en se momento Damián se quedó viendo a su pareja.
— Nunca les pregunté nada porque me daba un poco de celos en ese entonces, y se que yo fui de la idea, pero ¿Cómo era vivir juntos ustedes dos? — Darío y Fabián se quedaron en silencio y después de verse solo comenzaron a reír levemente.
— Era muy divertido porque en un principio eran distintos hábitos. Tu hermano era muy desordenado para ser un serio abogado. — Reía alegremente el paciente.
— Y tu esposo era muy quisquillo con la limpieza para ser un universitario. Pero supimos salir adelante y acostumbrarnos al otro, tomó su tiempo de hecho. —
— ¿No se llevaban bien al principio? — Cuestionó el mayor.
— Peleábamos todo el tiempo. — Comenzó a reír Fabián. — Fue hasta que llegaste que las peleas cesaron. — Damián abrió sus ojos al escuchar eso.
— No es lo crees mi amor. — Intervino Darío al notar la expresión de su esposo. — Peleábamos, pero por estupideces. Que si el shampoo, la despensa, la ropa tirada, incluso la música que escuchábamos, porque a Fabián le gusta el rock pesado y a mí el rock más comercial. —
— Peleas de roomies. A veces las extraño. — Comentó el abogado serio.
— Oh vamos, de seguro que tienes mejores peleas con Javibi que conmigo. — Reía Darío mientras observaba como Fabián asentía.
— Tu mismo deberías saberlo. Son muy distintas las peleas de roomies que una pelea con su pareja. — Damián podía notar como ambos tenían una sonrisa sincera en su rostro, y comenzaba a entender aquel vinculo que siempre mostraban cuando estaban juntos, era un lazo de hermanos que el abogado mayor jamás pudo tener con sus hermanos menores, debido al conflicto con su padre y también a la situación con su madre y que Damián era el hijo de Luz, prima de Rosa María. Con Beltrán era lo mismo, había una relación muy estrecha con Darío debido a que ambos eran muy parecidos entre si, en su forma de ser, además que Beltrán siempre había querido un hermano menor para protegerlo como él fue protegido por Fabián.
En ese momento su celular comenzó a sonar y eran varios mensajes avisándole que tanto Carlos como Julieta ya estaban siendo procesados para su traslado a la cárcel. Y que cuando diera la orden estarían listos para darle la bienvenida a ambos. La cara del abogado se puso sería al leer todo lo que decía el mensaje.
— ¿Sucede algo amor? — Preguntó Darío extrañado, pero Fabián tambien puso una mirada seria.
— No, nada. — Sonrió el abogado mayor guardando su celular. — Saldré unos minutos, es solo unas cosas del despacho, Richard no puede todo solo. Vuelvo enseguida mi bello ángel. —
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Cicatriz de Espadas (Historia LGBT/Finalizada)
RomanceDarío Rivero es un chico que va vagando por la vida sin poder comprender su lugar en el mundo, se encuentra casi en la línea límite del quiebre emocional, sin saber a donde dirigirse con miedo en el futuro cercano, se ve envuelto en dudas que le pro...