— Déjame ver si entendí, compadre. — Adrián se acomodó su sombrero y me miró directamente. Todos nos encontrábamos sentado en una mesa grande en Luna Café. — Un niño de 8 años llegó antier y te dijo que no te podías casar con tu esposo, porque tiene un extraño crush con él. —
— Así es. — Contesté.
— Entonces se puso sus moños y se quedó en tu casa evitando que estés con Darío. — Valentino también estaba presente y yo asentí con la cabeza.
— Su nombre es Esteban Darío, porque se parece a Esteban y Darío, es como una pequeña amalgama —
— Tu conoces esa historia mejor que yo. — Le contesté a Mateo quien se quedaba extrañado.
— Ahora la pregunta más importante, hermano. — Fabián estaba observando con seriedad al pequeño niño. — ¿Por qué lo traes contigo y están amarrados de las muñecas? — Apuntó directamente a nuestras manos.
— Veras... Él piensa que si me deja solo yo planearé algo para llevarme a Darío a algún lugar donde estemos lejos y podamos casarnos sin que él pueda evitarlo. —
— Así es, confió en Darío, pero no en usted señor abogado. — El niño estaba que echaba llamas con solo hablarme, los demás solo quedaron extrañados viendo al niño Esteban quien estaba comiendo sus hot cake con ternura, pero al mismo tiempo mirándome con odio.
— Oye mocoso, por si no sabes, ellos ya están casados. — Comentó Fabián con una cara de pocos amigos. — Solo van a renovar votos. —
— No me importa, haré que se divorcien estoy seguro como que a ti te dicen el chile seco. — Dijo golpeado el niño.
— ¡Auch! — Todos exclamamos al mismo tiempo, viendo como Fabián se quedó petrificado. Fabián quería venganza, pero lo detuve a tiempo diciéndole que solo se trataba de un niño, que no importaba si era una patada en el trasero, él era un infante y nosotros ya íbamos para la tercera edad.
— ¿Quién diría que tu último rival sería un niño? — Llegó de repente Dante quien traía nuestros pedidos. — ¿Cómo están los hot cakes "chili willy"? Verdad que me salen deliciosos. — Vimos todos como el hombre y el niño chocaban las manos con total familiaridad.
— Son los mejores que he probado, Dante. — Dijo contento llevándose un bocado a su boca.
— Solo por eso te has ganado otro hot cake. — De repente miré como Dante tomó un panecillo de mi plato para pasarlo al plato del niño.
— ¡Oye eso es mío! — Reclamé.
— No seas inmaduro... Es solo un niño. — Me respondió poniendo una cara de burla mientras repetía mis palabras. — Por cierto, quería preguntarte acerca del asunto de mis padres. —
— No te preocupes, debido a sus antecedentes el juez no les va a aceptar su petición. Tu tranquilo, ya si ocurre algo sabes que te avisaré. — Comenté con seriedad ya que se trataba de un caso delicado, pero todo estaba yendo bien. Comencé a desayunar y fue entonces que de repente mi mirada se concentro en la mesa a un lado de nosotros donde se encontraba mi hermano Beltrán con su familia de igual forma desayunando.
— ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? — Preguntó molesto.
— Sigo sin creer que ni siquiera tu supieras que eres galleta. ¿Por qué nunca nos dijiste que habías conocido a Esteban cuando tenías 17? — Pregunté con seriedad.
— ¿A mi qué...? — Preguntó el mocoso.
— Tu no, hablamos de tu tío Esteban. — Mateo le respondió dándole un pequeño golpe en la frente. — Y no te metas en temas de adultos. —
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Cicatriz de Espadas (Historia LGBT/Finalizada)
RomanceDarío Rivero es un chico que va vagando por la vida sin poder comprender su lugar en el mundo, se encuentra casi en la línea límite del quiebre emocional, sin saber a donde dirigirse con miedo en el futuro cercano, se ve envuelto en dudas que le pro...