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Advertencia: Capitulo mas largo de toda la fic (hasta ahora we). Si lo leen entero les debo todo jeje. Exprese la vida en esto asique si no les gusta me rajo un tiro en los ovarios literal. Salu2

Narra Mica:

Mis pies llegaron al punto de estar arrastrandose para caminar basicamente, estaba cansada de caminar tanto y para colmo hacía un calor terrible que me estaba matando.

Con Facu hablamos todo el camino de sus estudios y de como le iba en la facultad, quería estudiar medicina igual que yo. Y aunque mi oido lo escuchaba, y mis piernas se movían a la par de él cuando caminábamos, mi cabeza estaba en otro lado.

Tengo miedo. Miedo de que todo sea diferente: de que Mati no tenga más tiempo para mí, de que los chicos se esfumen de mi vida a causa de hacer la suya, lo cual está perfecto porque me alegro por ellos y espero que les vaya bien en su carrera pero me gustaba más antes. Cuando no tantas personas los conocian. Tenía miedo de que Valentín no quisiera verme otra vez.

Era la primera vez en la vida que le tenía miedo al cambio.

Ya se habian hecho las 3:00 pm y no sabia donde estabamos, solo sabia que me queria volver a la casa. No me importaba escuchar las puteadas de mi mama con tal de acostarme a dormir un ratito.

—¿Podemos volver Facu? Ya me duelen las piernas— me queje pero el asentó y se paró adelante mío para después agacharse un poquito.

—Subite que te llevo— sonreí. Es tan lindo. Di un saltito para subirme a su espalda y enrolle mis piernas en su cadera, el me las agarró dando otro saltito para subirme más arriba de su cadera— las manos...— aviso asique las puse en su pecho entrelazandolas.— estás más livianita— dijo saltando mientras comprobaba mi peso.

Me reí y empezó a caminar conmigo "a caballito" hasta mi casa, alto aguante. Iba largando comentarios boludos que me hacían reír y de tanto en tanto pegaba otro saltito para subirme cuando sentía que me caía.

Doblo la cuadra y yo me bajé rápido. Corrí gritando cuando ví a los chicos afuera de mi casa.

—Chicos!— grité se me salían las lágrimas de los ojos a montones. Corrí tan rápido hacia ellos que el viento que pegaba en mi cara me corría las lágrimas para atrás.

—Mica!— gritaron cuando voltearon y me vinieron.

Todos corrieron hacia mi con la misma alegria. Lo primero que hice fue tirarme encima de Dani que fue el que llegó primero a mi. Veníamos tan rápido los dos que nos caimos al piso cuando nos abrazamos pero aún así, estando tirados en la vereda, no me separé de el ni un segundo abrazandolo fuerte. Lo extrañe tanto al enano culon. El hizo lo mismo me apretó fuerte contra el soltando una mezcla de risita y sollozo que me encantaba.

Me escondí en su cuello llorando y el enredo sus dedos en mi pelo haciéndome caricias.

—¿Me extrañaste un poquito?— preguntó riendo y yo asente desesperada. Cómo extrañaba esa voz la puta madre. Pero yo solo lloraba en su cuello, pensé que no iban a venir a verme.

Cuando llegaron los demas chicos, nos ayudaron a pararnos y apenas lo ví a Matías me fui a sus brazos.

—M-ma-mati— estaba llorando de una forma que nunca llore que apenas se podía entender lo que decía.

—Hola zopenca...— me reí por su comentario y cuando me aleje para ver su cara tenía todos los ojos llorosos— estás acá.— dijo con la respiración agitada mirandome mientras acunaba mi cara en sus manos y yo asente.
Por más que nos habláramos todos los días por Skype lo extrañaba, extrañaba abrazarlo, tirarme encima de el, su voz, su perfume...— estás aca— repitió para el mismo como si no lo pudiera creer que regrese, pero lo dijo más calmado.

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora