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Narra Valen:

Me subi al Uber para irme a mi casa. Un pibe manejaba, era más grande que yo... Unos 24 años más o menos y me ponía re incomodo, me miraba por el espejo retrovisor cada dos segundos.

¿Te gusto la que onda flaco?

Agarré mi mochila y la abrí para sacar los auriculares y ponerme a escuchar música. Nada como Los Redondos. Pero antes de ponerme los auriculares sentí la voz del tipo.

—¿Te molesta si te hago una pregunta?

—Ya la hiciste— bromeé y el tipo se empezó a reír. Mejor hacerlo reír y pegar onda antes de que me robe o me siga acosando con la mirada.— si, hacela— dije cuando no se animó a hablar.

—¿Vos rapeas en el "Quinto Escalón"?— hablo mientras seguía con la vista firme en el camino.— sos Wos ¿No?

Asenté pero después me di cuenta de que no me veía. Alto pelotudo.

—Si— respondi— ¿Cómo sabes?

—Tengo una hermana que siempre está viendo tus batallas, Marisol se llama— aclaró.

Ese nombre y la cara de este chabón me suena una banda. Pero si los conocí ni me acuerdo.

—Piola.— me puse devuelta los auriculares mientras miraba como los árboles, los autos y las personas con cara de culo pasaban.

Cuando llegamos le pagué al pibe y le di una foto que me pidió para la hermana ¿Quién bosta era? Si yo conocía a todos los del Quinto. Capaz que le había mentido y era solo una fan pero bue, ese ya no es problema mío.

Saqué la llave de la mochila y guarde lo auriculares.

Entre a la casa encontrándome a mi mamá hablando con una mujer colorada. Una amiga capaz.

—Ay hijo, llegaste. Que bueno, vení, te quiero presentar a una amiga mía. Ella es Melisa...— dijo mi mamá llevándome a rastras básicamente. Le extendi la mano a la señora que me respondió con una sonrisa y yo con una mueca.

— Valentín ¿Verdad?— pregunto Melisa.

Asenté con la cabeza sin darme nada o muy poco de importancia.

—¿Hay algo para comer ma? Me cago de hambre.

—Valentin... El vocabulario.

Su comentario me da risa porque ella es más bardera que yo cuando no hay nadie.

—Y si, hay en la heladera.— respondió mientras señaló la cocina.

Camine a la cocina y abrí la heladera. Había fiambre y pan en el microondas.

Al fin! Una vez que los buitres estos me dejan algo para comer. Cada vez que llegó a mi casa se comen todo o más bien Manu se come todo. Pendejo gordo.

Me hice el sánguche y me lo comí mientras iba a mi pieza.

—Hijo— me freno mi mamá.

—¿Que mamá?— dije revoleando los ojos cansado.

—¿Cómo está Mica?¿Está mejor?— preguntó.

Y estuvo apunto de hacerte abuela, pero está joya.

—Mejor, hace una semana empezó la fisioterapia ya y está mejor. Te mando saludos.

—¿Quién es Mica?— preguntó Melisa.

Quete.

—Ay es un amor esa chica. La novia de Valentin— aclaró mi mamá y yo la miré con cara de culo ¿Que tiene que andar diciendo cosas mías a personas que yo ni conozco? Pero por otro lado sonaron lindas las palabras "Mica" y "novia" en la misma frase.

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora