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Narra Valentín:

Miré a Mica y su cara estaba pálida, y el color rojo en sus mejillas ya había desaparecido. Su expresión me dijo que no usaba las pastillas anticonceptivas.

Traté de calmarme por ella. No quería que se alterara ni mucho menos se desmayara porque parecia que la sangre le dejó de correr por el cuerpo. Yo estaba más que aterrado ¿un hijo?, obvio que no lo quería... no ahora. Por supuesto que me encantaría tenerlo y más con Mica, pero no ahora. Ni siquiera somos "novios".

Me acerqué a ella para agarrarla por los hombros mientras su pecho respiraba más lento de lo habitual. Yo ya no sabía quien era el que estaba más aterrado... si ella o yo.

—Ey, no pasa nada. Ahora salgo y te compro la pastilla del día después y todo va a estar bien.— realmente no lo sabía, no sabía si todo iba a estar bien porque aunque tome la pastilla aun hay una pequeña probabilidad de que quede embarazada. Dios me siento tan estúpido.

Ella negó con la cabeza con miedo.

—¿Como lo sabes? Valen yo no quiero ser mamá, no ahora ¿qué vamos a hacer nosotros con un hijo? Vos tenes 20 y yo 18 ¿que carajo vamos a hacer?¿como le digo a mi mama?...— empezó a bombardearme de preguntas alterandose más de lo que estaba. Yo tampoco quería ser papá y tambien estaba aterrado. La agarré del cuello besandola.

—No te adelantes ¿si? paso por paso, voy y te compro la pastilla y después vemos que hacemos según pasen las semanas. Si no estas embarazada, vamos a ser sumamente precabidos en todo ésto y no le vamos a decir ni una palabra a nadie.— ella abrió la boca para hablar— ni siquiera a Matias— aclaré y ella cerro la boca nuevamente— y si estas embarazada... vamos a hablar a ver que hacemos ¿ok? yo te voy a apoyar en todo esto. Quédate tranquila. Va a estar todo bien— dije dandole un beso en la punta de su nariz y abrazandola fuerte.

Obviamente no sabía si todo iba a estar bien pero no quería que se alterara, no cuando estaba en pleno proceso de recuperarse.

Salí de la habitación sin importarme si estaba la madre afuera, pero por suerte no estaba y fuí literalmente corriendo a la farmacia a comprar la maldita pastilla. Cuando volví ella estaba almorzando aún con cara de miedo y obvio que la entiendo ¿quién no lo estaría? Esperaba con todas mis fuerzas que no estuviera embarazada, no por mí porque si ella lo quería tener obvio que me hago cargo, sino por ella. Porque ella va a sufrir el parto, los dolores, ella va a ser la que no va a dormir bien por alimentarlo...

Basta Valentín. No te carcomas la cabeza.

Le di la pastilla y se la tomó. Dedique todo mi tiempo en abrazarla, tenia que hacerla sentir que todo iba a estar bien... aunque pudiera no estarlo.

Narra Mica:

Valentín fue a comprarme la pastilla y volvió casi en un segundo. Sé que el trataba de calmarme pero sabia en el fondo que él estaba mas aterrado que yo. No quiero ser mamá todavia ¿Me gustaría tener un hijo? Sí ¿con Valentín? Obvio, me encantaria que fuera el padre de mis hijos... pero no ahora! Tengo 18 años Dios. No tenemos la vida hecha ni nosotros, nos siguen manteniendo nuestros padres ¿cómo se supone que vamos a mantener un hijo nosotros?

El medico entró mirandonos a los dos con una ceja levantada. Era algo obvio, los dos estabamos con la cara pálida. Sentí que como por una hora no tuve la sangre recorriendome el cuerpo, que de algún modo u otro se me habia congelado.

—¿Estan bien?— preguntó el médico.

Capo, el médico sos vos y preguntas eso ¿sos joda?

—Si, es solo que la comida nos cayo medio mal— aclaró Valentin calmado y yo agradecí ese gesto ya que yo no podia emitir palabra. Solo me dedicaba a respirar normal para que no me diera un paro cardíaco.

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora