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Narra Micaela:

 Ví a Valentín acercarse, me saludó y no alcanzó ni a preguntarme como estaba que Sebas apareció con mi bebida, al parecer era Fernet aunque estaba mal hecho, se veía por el color que era casi cristalino. Esto tenia más Coca-Cola que otra cosa.

 Se sentó a mi lado y me agarró de la cintura. Cabe aclarar que nunca hacía eso, lo miré para tratar de entender que le pasaba y cuando ví que miró mal a Valen me di cuenta de inmediato. Estaba celoso o a lo mucho enojado, me atrevería a decir que hasta intimidado.

 ¿Intimidado por Valentín? es ridículo. No soy un objeto el cual los dos tienen que ganar. A Sebastián ya le aclare que no somos nada y me dijo que lo entiende pero sus gestos me dicen todo lo contrario ¿Porqué hacia esto?

 No sabía en donde meterme, entre Sebas y Valentín se miraban como si se quisieran cagar a trompadas y yo era algún tipo de pared entre medio de ellos, y aunque trataban de disimular su disgusto, yo me daba cuenta. Yo creo que cualquiera que tenga dos dedos de frente se daría cuenta.

 Los presenté para calmar la tensión aunque no sirvió de mucho.

—¿Vamos a bailar?— me invitó Sebas ignorando total y completamente a Valentín, aunque más que una pregunta sonó a una orden, porque me sacó casi a rastras a bailar sin esperar a que le contestará y para ser sincera me quería quedar con Valen o con cualquiera con quien no me sintiera un pedazo de propiedad.

 Valentín se fué quien sabe a dónde dejándome a solas con Sebas.

 No quería quedarme sola, así que no tuve más opción que quedarme con él suplicando a las fuerzas del universo que aparecieran los chicos con una excusa boba a salvarme... pero no fue así. Bailamos y me sentí totalmente mal, trataba de darme vuelta para apoyarme en todo momento. Hoy se vino más denso que nunca.

—Tengo que ir al baño.— le grité por encima de la música. Solo asentó con la cabeza y me soltó ¡Al fin!

 Subí las escaleras y entré a una pieza que ni idea de quién era, claramente no quería ir al baño., solo quería estar un rato sola así que me senté en la cama agarrando la almohada y apoyándola en mis piernas jugando con las orillas y viendo los detalles de la pieza. Si hacía tiempo tal vez Sebas se conseguía a otra chica a la cual molestar.

 Después de unos minutos sentí abrirse la puerta despacio.

—¿Qué haces acá?— Valentín apareció parado en el marco de la puerta, está tan lindo. Jeans negros sapas negras y una camisa roja clarita con la cadena que siempre llevaba en el cuello. Me lo quede observando un rato más casi embobada.

 No Mica. No te puede gustar. Ya sabemos lo que pasó la ultima vez que te enamoraste. Solo hay que mirarlo, no te enamoraste en realidad solo crees que tiene facha, porque la tiene pero nada más ¿Qué tiene de especial Valentin Oliva? nada. Solo sus hermosos ojos, su preciosa voz, su pelo brillante, su facha indiscutible, su forma de hablar, su... NO MICAELA, BASTA ¡cortala ya!

—Perdón, si te molesta, ahora me voy...— me pare acomodando mi short. Obviamente le molestaba que estuviera metida acá. Él negó con la cabeza y caminó hacia mí para sentarse al lado mío en la cama.

—¿Pasa algo?— preguntó él al ver mi cara que aunque no sabía bien que gesto estaba haciendo, estoy segura de que era un gesto que delataba mi humor.

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora