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Narra Micaela:

Estábamos con Ale haciendo la chocotorta. Hace un montón de tiempo que no me divierto así con él. Lo empecé a perseguir por toda la casa cuando me lleno la cara de dulce de leche con la mano y cuando lo alcancé lo tiré al piso y le hice cosquillas.

—Para!— me dijo entre risas— t-te est-a son-ando el c-elular.

Pare y atendí. Era Matías.

—Hola rey!— grité— ¿que pasó?

—Emmm hola, estoy en altavoz gorda— dijo serio ¿que le pasa?

—Ok ¿pasa algo?— dije preocupada.

—Si, estoy con los pibes acá y te queríamos decir que no podemos ir esta noche a tu casa... surgió un viaje para una compe y nos olvidamos decirte que es hoy.

¿¡¡¡QUE!!!?¿era joda? si los demás no venían no me molestaba tanto pero el es mi mejor amigo ¿como me va a dejar sola?¿como me van a dejar sola?

—¿Estas?— pregunto Mati al ver que no le contestaba.

—Si, me tengo que ir.— El sabía que siempre respondía eso cuando me enojaba.

—Perdon Mi...

No lo dejé terminar y corté. Y al poco tiempo me llegaron mensajes de Mora y Sabri que también iban a faltar ¿qué le pasa a todo el mundo?

Seguí cocinando con mi hermanito sin darle mucha importancia y entró mi mamá.

—¿No tendrías que ir a comprar algo para comer cuando lleguen los chicos?— preguntó.

Juro que le hubiera contestado sarcásticamente porque todavía estaba enojada, pero se lo prometí a Ale.

Negué con la cabeza.

—No vienen, no pueden.— dije cabizbaja.— pero no importa, voy a estar con este enano todo el día— digo mirando a Ale y revolviéndole el pelo a lo que el sonrió.

—Ay linda— dijo melancolica— ¿y Mati tampoco? el nunca faltaría a un cumpleaños y mucho menos el tuyo.— dijo mi mamá abrazandome.

—Que se yo, si el cree que una estúpida competencia es mas importante que su amistad conmigo es problema de el.— dije sin devolverle el abrazo.— Cambiando de tema ¿podemos ir a tomar un helado por ahí?— le pregunté a mi mamá.

—Si, pero antes necesito hablar con vos— aclaró.— ¿porque no vas a cambiarte amor?— le dijo a mi hermano que inmediatamente a su pieza a cambiarse dejandonos solas.

—Quiero que entiendas que no hago esto para hacerte enojar... yo tampoco sabía que tu papá venía, no me avisó.

—Pero es que necesito que me entiendas... me rompe mucho las bolas que venga acá y se quede tomando mate cuando tendría que estar laburando y haciendo algo de su vida. A mí no me molesta que me abandonara, me molesta que te deje sola con esto cuando su única responsabilidad soy yo. Hasta me siento culpable, porque lo único que te ata a el soy yo.— dije casi sollozando.

—Ay mi amor— me abrazó— no me atas a él. Vos y tu hermano son lo mejor que me pudo haber pasado y haría lo que fuera para que sean felices ¿lo sabés no?— dijo separandose un poco de mí.

Asenté con la cabeza.

—Te amo, perdón por ser un desastre, se supone que debo darte soluciones no problemas— dije finalmente llorando.

—Hablas como si yo fuera perfecta hija, además si sos un desastre— dijo levantando mi cara— sos el desastre más bonito que conozco— dijo riéndose.

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora