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Narra Mica:

El corazón se me aceleraba a un ritmo loco, tanto que podía escuchar mi corazón bombeando sangre en mi oreja. Nosotros tres en la habitación no era la combinación más recomendable de todas en especial para mi.

Matías me miró como diciendo "¿Vos también lo ves acá parado o soy solo yo?" mientras lo señalaba a Rodrigo.  Abrí la boca para hablar pero solo salió un suspiro ¿Que le iba a decir? si nada de lo que diga va a calmarlo ni a mucho menos controlarlo.

Por mi que lo recontra cague a piñas, es mas, hastayo me sumo y le pegamos juntos pero estan los chicos alla afuera, no quiero un escandalo ni mas involucrados, solo lo quiero fuera de esta casa ahora.

El tenía los puños apretados cuando veía a Rodrigo y yo estaba igual de tensa. Me asustaba porque yo me contengo pero no sé si Matías va a poder y no se hasta que punto puede llegar el. Matías es capaz de todo con tal de que se trate de mi y no se hasta que punto puede llevar ese "todo". Dudo que las ganas de matarlo no se le hayan ido por como lo miraba desde la ultima vez que se econtraron. Una vena se le marcaba en la frente y en la garganta apretando la mandíbula.

Rodrigo me volvió a mirar y sonrió alzando y bajando las cejas.

—¿Que haces vos acá?— Matías miró Rodrigo y despues miro atrás de la puerta que no haya nadie y la cerro asegurándose de que nos quedemos los 3 aca en la cocina o para que Rodrigo no se escapara cuando lo fuera a cagar a piñas sin que nadie lo pueda detener ¿Quien sabe?

—Hola Mati ¿Cómo andas hermano?¿Todo bien? Hace banda que no te veo.— Rodrigo se acercó con toda confianza del mundo queriéndole dar un abrazo a Matías pero obviamente el le saco los brazos de una forma agresiva esquivandolo.

Y en este momento no se que me da más miedo: si Rodrigo por lo que tenga planeado hacer o si Matías por el enojo que tenía.

Ninguno de los presentes sabíamos hasta que punto llegabamos. Cambiamos todos ya sea para bien o para mal y en caso de Rodrigo no se pero seguro que para peor.

—Hermanos son lo huevos. Te pregunté ¿Que carajo haces aca?— grito Matías empujándolo para atrás haciendo que retroceda unos pasos.

—Tranqui, tranqui... Vengo en son de paz.— levantó las manos al aire sin defenderse y sin decir nada. El verlo calmado no nos ayudaba ni a mí ni a Matías ni a la tensión que había en el ambiente y el hecho de que se riera lo hacia mas estresante.

—Hablas como si supieras que es eso.— Matías se le acercó hasta quedar cara a cara con el. Me miró a mi sin apartarse de el.—¿Te amenazó? Contestame Micaela. Necesito saberlo ¿Te amenazo?— esta vez lo agarró de la remera levantando lo levemente.

—Yo diría que fue lo contrario— hablo Rodrigo riéndose y eso lo saco de quiso a Matías ya que le metió una piña en la cara tirándolo al piso haciendo que sus rodillas resuenen por toda la cocina al tocar el piso. Gracias a Dios que Matías no tiene paciencia como yo porque le dió la trompada que yo le hubiese querido dar.

—Que cerres el puto orto. Le estaba preguntando a ella.— le grito. Matías se agacho para estar a la altura de el en el piso. Yo lo mire y tenía el labio partido sangrandole mientras el se limpiaba el caminito rojo que se le hizo de los labios al menton—¿Te amenazó?— me volvió a preguntar mirándome.

Negué, en realidad no lo había hecho solo lo dió a entender pero Matías no necesita explicaciones. Cualquiera que conoce la historia que tengo con Rodrigo sabe que el es enojo y amenazas acumulado en un solo cuerpo.

—Ay, ay, ay...— dijo Rodrigo negando con la cabeza y chasqueando la lengua, relamiendo sus labios y probando su propia sangre.—  no han cambiado nada. Matías te sigue protegiendo y vos seguís siendo la misma Micaela una pendeja im...

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora