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Narra Valen:

Marisol estuvo callada todo el camino a su casa desde que salimos de la casa de Mica, esto era su culpa. Marisol no me quiso dirigir la palabra y ni siquiera me miraba cuando le hablaba, solo caminaba mientras miraba el piso. Odio que me ignore. Trate de abrazarla por los hombros pero saco mi mano, trate de entrelazar su mano con la mía y se solto. Era más que obvio que no quería saber nada de mi pero no quiero terminar el día así... No le voy a dar el gusto a Mica de verme mal, de vernos mal.

Suspire cuando le corrí un mechón de pelo que le cubría la cara, su hermosa carita que hasta enojada se ve linda, pero corrió la cara y no me dejó ni siquiera rozarla.

—¿Vas a seguir enojada o ya se te pasó la boludez?— le pregunté pero ella solo se paró en plena calle, se sacó la mochilita que llevaba y saco su celular con un paquete de paluelitos y un chicle.

—¿Me das?— le dije mirando el chicle. Ella suspiro, sacó uno y me lo tiró ni se esforzó en dármelo en la mano ¿Ni una palabra me va a dirigir?— gracias.— ella se sonó la nariz mientras extendió su mano y yo acerqué la mía para entrelazarlas pero me pegó un manotazo.— ¿Ahora que?— giré los ojos ¿Que quiere? Más bipolar es. Miro el envoltorio del chicle y movió la mano como diciendo "dámelo". Se lo di y ella lo guardo en la mochila.

Al menos es limpia y no tira basura en la calle.

—¿No me vas a mirar?— respiro hondo como pidiendo paciencia y yo no lo entendia. Yo debería estar enojado y no ella, pero por alguna razón no puedo estar enojado ¿Porque?

[¿Será porque sabes que ella tiene razón? Pelotudo]

Me rendí cuando quedó más que claro que no quería dirigirme la palabra. Cuando llegamos a la casa de Marisol ella abrió la puerta y me dejó pasar primero, entre y ella cerró la puerta tan fuerte que me hizo saltar en el lugar por el susto.

Hacela giratoria no ma'.

—Vas a tirar la puerta si la cerras así...

—Sos increible...— el tono salía más enojado de su boca que de costumbre pero no importa si estaba enojada, me estaba hablando... Ya es un avance. Entro y tiro la mochila en el sillón con fuerza haciendo que rebote contra este antes de quedarse quieto.—andate por favor.— señaló la puerta y se acomodo el pelo suspirando cansada sentandose en el sillon.

—¿Podemos hablar por lo menos? Por favor ni se porque estás enojada.

—Me parece una idea re buena... Vení sentate— fingio en tono de alegría palmeando el sillon. Le hice caso mirándola. Me sentía chiquito al lado de ella cuando se enojaba. Todo para que hablara y me dijera todo lo que tenía que decirme.— no me gustó que le hablaras así a Micaela...

Oh genial. Ya vamos a empezar de nuevo con el temita.

—Y a mí no me gustó que la hayas ido a buscar.— me defendi.

—¿Me vas a dejar hablar o vas a decir pelotudeces sin sentido y sin escucharme? Porque si es así nos ahorramos la pelea y te vas directamente.— hablo en tono firme. Levante las dos cejas para que hablara.— gracias... No me gustó cómo la trataste ¿Que necesidad tenés de decirle las cosas horribles que le dijiste?

Ninguna a decir verdad pero no sé, fue lo que me salió en el momento.

—¿No pensaste que a ella le pudo doler lo que le dijiste?— preguntó.

—A mi también me dolió cuando me dejó.

—Osea que te estás vengando. No lo puedo creer...¿Es eso?— puso ambas manos en su cara riendo sarcásticamente.

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora