IV. Cansancio

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- ¿Rey? ¿Puedes escucharme? – Preguntó Finn, con voz angustiada

- Sabía que no querías que me fuera, pero era innecesario todo esto – Agregó Poe, entre la broma y la preocupación, ganándose la mirada reprobatoria de su amigo

- Eres un idiota, Poe – Contestó Rey casi en un susurro, abriendo los ojos lentamente.

Sonrieron aliviados, incluyendo a Leda, una mujer de pelo rebelde que estaba encargada de los cuidados médicos de quienes residían en la academia, aunque su función principal era centrarse en acompañar a los Younglings, velando por sus necesidades.

- Todo está en orden – Dijo ella, monitoreando los signos vitales de Rey – Vaya susto nos has dado

- Lo lamento – Contestó la aludida, reincorporándose levemente mareada - Debe de ser el cansancio, no he estado durmiendo bien – Agregó, forzando una sonrisa

- ¿Otra vez? – Preguntó Finn, inquieto – Quizás deberías dormir aquí hoy, para que podamos...

- ¿Vigilarme? – Respondió Rey sin pensar, observándolo lanzar un bufido, notoriamente ofendido

- Bueno vigilarte no está mal – Opinó Poe - Considerando que pasas mucho tiempo sola en ese refugio tuyo, haciendo quizás...

No alcanzó a terminar la frase y guardó silencio de golpe ante la mirada fulminante de ella, quien se bajó de la camilla e ignoró a ambos para acercarse a Leda y preguntarle por los Younglings. Sonrió orgullosa al saber que, a pesar de ser tan pequeños, los tres se habían organizado para ir en busca de ayuda. Finn se había encargado de bajar sus ansiedades, explicándoles que a veces La Fuerza era demasiado poderosa en su Maestra.

- Se acostaron bastante mas tranquilos luego de eso – Intervino él – Pero supongo que, de todas formas, te interrogarán mañana

- Si... Gracias

Para no darles la oportunidad a ellos tampoco de hacer lo mismo, Rey se despidió de ambos escuetamente y salió de la enfermería, percatándose de que debía llevar ahí un par de horas, puesto que la noche ya había caído. No alcanzó a reflexionar en lo ocurrido, ya que sus Padawan la esperaban un poco más allá, visiblemente impacientes

- Maestra Skywalker – Dijo Kadet al mismo tiempo en que hacia una reverencia – Finn nos ha contado que se ha desmayado y...

- ...Queríamos comprobar que estaba bien – Interrumpió Nakia, echando por tierra la solemnidad de su compañero, quien automáticamente frunció el ceño

- Estoy bien, solo cansada – Contestó Rey, con una sonrisa

- Nos habíamos preocupado mucho – Manifestó Heyden

- Es usted nuestra maestra favorita – Agregó Jayden

- No tienen otra maestra – les dijo ella, poniendo una cara divertida

- Lo sabemos – Respondieron los gemelos al unísono

Rey rodó los ojos y se despidió de ellos con amabilidad, caminando silenciosamente por el pasillo para regresar a su "refugio" como Poe lo había llamado, sin dejar de pensar en cuan inmaduros podían ser a veces los Padawan. Honestamente, no le molestaba, parecían felices y eso estaba bien, al fin y al cabo, la academia les entregaba resguardo y por ende, ninguno de los cuatro pasaba penuria alguna ahí. Ciertamente, no era lo mismo crecer en un lugar seguro, que estar sola en Jakku, intentando sobrevivir cada día.

Ahora que lo pensaba, tendría la misma edad de ellos cuando rescató a cierto droide redondo de las garras de Teedo y conoció a su falso dueño, terminando por embarcarse en la mayor aventura de su vida, la que cambiaría absolutamente toda su existencia

En cuanto salió de la academia, notó el frescor nocturno del ambiente, acompañado de una sutil brisa que inevitablemente la hizo estremecer, por lo que se cruzó de brazos para mantener su propio calor

- ¿No te vas a despedir de mí? – Escuchó que decía Poe a sus espaldas

- Volverás – Contestó Rey, volteándose con una sonrisa – Aún te queda mucho que hacer por aquí

Se acercó a ella y la abrazó profundamente, hundiendo la nariz en su cabello, mientras ambos permanecían en silencio y disfrutaban secretamente de la sensación.

Hace mucho que Rey había dejado de ser la jovencita que a Poe le había parecido alguna vez. Era una mujer adulta, divertida, amable y peligrosa al mismo tiempo; de armas tomar, por así decirlo. Con los años, la relación entre ambos se había profundizado y abierto, arriesgándose a pensar en ella de otra forma y bien sabía que no era el único.

Rey era muy atrayente con su personalidad natural, extrovertida y simple, pero a la vez reservada con sus sentimientos. Aun cuando sabía que estaba en desventaja con Finn, a causa de las diferentes actividades que compartían, algo en su corazón le decía que entre ellos nunca llegaría a ocurrir nada.

Para ser honestos, era probable que él tampoco consiguiera avanzar más con ella, pues siempre que se le acercaba un poco, Rey parecía insegura y nerviosa. Quizás era miedo o inexperiencia, pero fuese lo que fuese, aquello hacía que no se atreviera a conquistarla.

- Voy a extrañarte – Susurró ella en su pecho – Pero no le digas a Finn – Bromeó, haciéndolo reír suavemente

Rey siempre disfrutaba de sus abrazos, puesto que le transmitían una increíble confianza y seguridad. Se sentía resguardada por él y agradecida con todo lo que había hecho para que tuviera la academia. La verdad es que también estaba profundamente agradecida de Finn, pero con él tenía una relación de tipo hermanable, mientras que con Poe... con Poe era diferente.

No recordaba claramente cómo era que habían conseguido llegar a este punto y pese a sus frecuentes diferencias de opinión, él siempre terminaba por hacerla reír. Aquello alegraba enormemente su corazón y es que su cercanía era tan agradable que no sabía cómo sentirse al respecto. En ocasiones dejaba que su imaginación soñara libremente, pero las ideas y sentimientos por su amigo nunca lograban avanzar mucho, pues un profundo malestar le aparecía en el pecho, como si le oprimiera.

Sintió que le acariciaba la cabeza con suavidad y levantó la mirada, dándose cuenta de lo cerca que estaba de su boca, avergonzándose automáticamente por aquello. Poe acarició su rostro con los dedos, haciéndola estremecer y se le acercó lentamente para besarla en la mejilla, pero demasiado cerca de la comisura de sus labios.

Un nudo se formó en el estómago de Rey, como una incómoda pesadez que no supo interpretar

- Espero volver en dos semanas para seguir con el entrenamiento de tus Padawan – Expresó él – Me gusta que los prepares en muchas cosas diferentes y no solo en La Fuerza. Eso hará de su formación algo más completo – Concluyó con una sonrisa

- Esa buena idea no fue mía – Contestó Rey, dando sutilmente un paso hacia atrás, deshaciéndose de su abrazo

- Cierto – Rio Poe

- Entonces, nos vemos en dos semanas – Dijo ella, girando para retomar su camino hacia el bosque

- Eh, Rey...

- ¿Sí?

Poe dudó

- No, nada... - Reculó - ¿Qué la fuerza me acompañe?

- Siempre – Respondió ella con una amplia y dulce sonrisa

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Cuarto capítulo de regalo por hoy! 😬

PD: Si alguien conoce a los autores de las imágenes que iré poniendo en la historia, por favor informarme en los comentarios para poder darles el crédito correspondiente.

ULTIMA EDICIÓN: 17/01/2021 (A las 2:50 am Zzzzz)

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