XXIII. Por cierto

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Cuando despertó desnuda abrazada por Ben, no pudo evitar avergonzarse un poco y si bien no tenía mucho sentido considerando todo lo que había pasado anoche, pensó que sería inevitable al principio.

Lo observó dormir por cerca de media hora. Se veía tranquilo, casi con una sonrisa en sus labios y repasó cada detalle del rostro de aquel hombre que la volvía loca.

Nunca en su vida llegó a imaginar que algo así le ocurriría a ella. Siempre creyó otras cosas, como por ejemplo que su familia volvería a buscarla o en sus días más tristes, que sería chatarrera hasta anciana, viviendo sola y para siempre en Jakku o que tal vez con un poco de suerte, lograría mantenerse segura sin tener que unir su vida a algún comerciante abusador del sector.

Y un día cualquiera había aparecido BB-8 y Finn, luego Han, Chewie y Maz y ahí todo había cambiado, en Takodana. No solo había encontrado el sable de Luke, también había sido secuestrada por Kylo Ren, el mismo hombre que había decidido volver a la luz y dar su vida por ella y que ahora estaba a su lado, amándola por completo. Sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas y se las secó en silencio con una sonrisa.

El hambre se hizo presente y buscó su ropa, pero no la encontró a mano, por lo que tapándose un poco con la sábana, recogió la polera de Ben que estaba en el piso y se la puso encima. Cuando se levantó se dio cuenta que le quedaba enorme, pero cubría lo esencial, lo cual era suficiente.

Fue a la cocina y se dio cuenta que le dolían los músculos, no pudiendo evitar sonreír para sí misma, recordando lo que había pasado anoche, mientras preparaba algo para ambos, puesto que Ben siempre aparecía con el olor de la comida y claro, esta no fue la excepción. Él salió de la habitación con los pantalones puestos, pero el torso desnudo y la besó con suavidad en la mejilla

-          ¿Ahora andarás semidesnudo por aquí? – Pregunto ella sirviendo la comida en la mesa

-          Tienes mi polera – Le contestó divertido, mientras movía su cabeza para observar sus piernas – Te ves sexy

Rey le sonrió ampliamente ante el comentario, mientras él no podía evitar hacer lo mismo.

Mientras comían, ella le sugirió que pasaran la tarde en el claro, para refrescarse de las altas temperaturas y aunque él tenía otras ideas en la mente, cedió ante la propuesta de Rey, quien entusiasmada le besó los labios y se levantó de la mesa

Tomó algo de ropa sencilla del closet y entró al cuarto de baño para asearse. Cuando hubo terminado, se puso los pantalones, pero recordó que no había sacado la venda que usaba para cubrir sus senos, así que se puso la polera sin ella, por el momento.

Salió secándose el pelo y vio a Ben sentado en el borde de la cama con un rostro indescifrable, por lo que se acercó y le acarició la mejilla sin decir nada

-          ¿Estás bien?  - Le preguntó él preocupado - Te hice daño anoche y no me dijiste

-          ¿Daño?- Preguntó ella confundida mientras Ben le señalaba a la cama con la cabeza

Rey se acercó y vio una pequeña mancha de sangre y un remolino de emociones la invadió. Al principio le dio un poco de vergüenza, pero al ver el rostro contrariado de Ben entendió lo que ocurría, apretando sus labios para contener la risa. La ignorancia de él la llenó de ternura.

-          Ben, eso es... normal – Dijo ella volviendo frente a él,  que seguía sentado en el mismo lugar

-          La sangre no es normal, Rey – Contestó el frunciendo el ceño

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