Yuanfen

XLVIII. Kessel

Cargaron la nave durante la madrugada para evitar sospechas de parte de los demás y así partir en cualquier momento del día. Rey estaba muy ansiosa por el viaje, repasando una y otra vez en su cabeza los distintos escenarios con los que podrían encontrarse.

Cuando llegaron a la cabaña, Ben la abrazó con cariño, pero ella estaba tan tensa que apenas si reaccionó.

- Si pretendes pasar inadvertida con ese remolino de emociones que tienes, lamento decirte que no funcionará – Le dijo él - Déjame hacer algo que te relaje

La llevó a la cama y la hizo sentarse en el centro con las piernas cruzadas, mientras le quitaba la polera y se sentaba detrás de ella. Pasó sus manos por su cuello, hombros y espalda hundiendo la yema de sus dedos con movimientos circulares por los músculos de Rey, logrando que cerrara los ojos y disfrutara de aquella sensación. De vez en cuando, él depositaba algunos besos en su cuello, lo que inconscientemente le sacaba una sonrisa. Ben estuvo largo rato haciendo eso, con profundo cariño, logrando que ella se calmara por completo y dejara de lado sus angustias.

Durmieron tranquilos, pero aferrados el uno al otro, como si sus subconscientes temieran perderse.

A la mañana siguiente recorrieron toda la cabaña, revisando que no se les olvidara nada importante y salieron de ahí rumbo a la Academia.

Mientras Ben le daba algunas indicaciones a los Padawan en la sala de comunicaciones, Rey aprovechó de visitar a los Younglings e informarle discretamente a Leda que se ausentaría unos días, por lo que tendría que hacerse cargo de ellos

- Sé que no es lo mismo que lo haga yo, a que lo hagas tú – Dijo ella - Pero puedo intentar que mantengan sus rutinas de entrenamiento, en caso de que Finn esté ocupado

- Eso sería muy útil la verdad – Agradeció Rey - No te olvides de incorporar a nuestros nuevos alumnos - Dijo mirando a Mila y Delio

- ¡Ja!, claro que no – Contestó Leda - Ya lo tenía pensado

Ambas se abrazaron con cariño, mientras mutuamente se pedían cuidarse. La relación de ambas había crecido mucho con los años y aunque algunos temas personales solo los conversaron una que otra vez, Rey confiaba a cabalidad en ella.

Almorzaron con todos y aprovechando el letargo propio de después de comer, se fueron a los hangares para aprovechar de despedirse de los Padawan y Finn, quienes partieron al entrenamiento al desierto.

Poe se quedó con ellos, dándole un último vistazo a la nave

- Bueno, que tengas buen viaje – Le dijo el piloto a BB-8 quien hacía algunos Beeps de tristeza por tener que irse otra vez – Por favor, cuídale el pellejo a estos dos y ustedes... manténganse en contacto

- Lo haremos – Contestó ella abrazándolo intensamente, así como había hecho con Finn un par de minutos atrás, subiendo luego a la nave con BB-8

- Ben...

- Con mi vida, Poe – Contestó él sin siquiera esperar a que el piloto terminara de hablar. Sabía perfectamente lo que iba a decirle

Poe asintió con la cabeza y le ofreció la mano a modo de despedida, tirando fuertemente de Ben para acercarlo y darle un medio abrazo, palmoteándole la espalda.

Rey tomó los controles del "Desconcierto" y salieron de la atmósfera de Endor. Ella disfrutó maravillada de las vistas, al fin y al cabo, la última vez que se había ido de aquella luna, su cabeza estaba perturbada por encontrar al hombre que clamaba por ayuda en sus pesadillas. Observó a Ben, que iba en el asiento del copiloto y fijó las coordenadas, saltando al hiperespacio