CIX. Lo mas cercano

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Ben escuchaba atentamente el acelerado resumen que Rose hacía de su propia historia. Estaba tremendamente ansiosa de poder contarlo, por lo que, tanto Kaydel como Beaumont la dejaron comenzar. Explicó cómo ella y Paige, su hermana mayor, habían crecido en Hays Minor, una colonia minera empobrecida en el sistema Otomok, sin embargo, La Primera Orden obligó a la gente a explotar los recursos del planeta para alimentar sus máquinas de guerra, para luego bombardearlos con la finalidad de probar los resultados.

Incómodo por el relato, Ben bajó la vista, enfocándose en su comida, creyendo ilusamente que aquello solo duraría un par de minutos, pero la historia de Rose empeoró para él. Ambas hermanas se habían unido a La Resistencia con el objetivo de vengar su mundo natal y mientras Paige se convertiría en artillera del bombardero "Martillo Cobalto", Rose se especializaría en mecánica.

Cuando ella contó que su hermana había muerto en la batalla de D'Qar, un nudo en la garganta impidió que Ben pudiera tragar, sintiéndose profundamente culpable por el dolor que era capaz de percibir en Rose

- Pero eventualmente, las cosas mejoraron – Dijo con una sonrisa triste, mientras jugaba con el colgante que tenía en el cuello – Aunque no sin antes dar la batalla

Continuó relatando la manera en que había conocido a Finn y cómo ambos terminarían por viajar a Canto Bight en busca de un "Maestro decodificador" que hackeara el dispositivo de rastreo hiperespacial con el que el "Supremacía" perseguía a la escasa flota que quedaba de La Resistencia.

Ben levantó la vista de su plato y la miró genuinamente intrigado por la valentía que manifestaba, pero se sorprendió aún más, cuando Rose les contó a todos cómo era que habían logrado piratear el radar del acorazado estelar, para luego robar un par de uniformes de la Primera Orden e infiltrarse entre ellos

- Por supuesto, no esperábamos que DJ nos traicionara – Declaró ella – Maldita serpiente asquerosa – Masculló entre dientes – Muchas vidas se perdieron por su culpa y si la Vicealmirante Holdo no se hubiese sacrificado embistiendo la nave, Finn y yo hubiésemos corrido el mismo destino

Analizando rápidamente esa información, Ben se dio cuenta que aquello probablemente había trascurrido en el mismo momento en el que Rey y él luchaban con los guardias pretorianos en el salón del trono de Snoke. Rose continuó su historia, resumiendo la batalla de Crait o al menos, lo que era capaz de recordar, antes de caer inconsciente luego de estrellar su propio deslizador esquí para salvar a Finn

- Después de eso desperté aquí, en Ajan Kloss – Explicó – Y me tomó algunos días recuperarme completamente, pero en cuanto lo hice, retomé mi trabajo

- Eso no es tan cierto – Intervino Kaydel – No regresaste a ser mecánica

- Bueno, no – Rio Rose – Me encargué del cuerpo de ingeniería, algo un poco mas tranquilo y con menos acción peligrosa

- Hasta la batalla de Exegol – Añadió Beaumont

- Exacto – Concedió Rose – Eso si que fue caótico, pero valió la pena – Concluyó meditabunda, tomando nuevamente su colgante para rozar sus dedos por él

- Es impresionante por lo que has pasado – Manifestó Ben – Yo... lo lamento

- Todos aquí sufrimos por la Primera Orden – Declaró ella - Incluso algunos, los más viejos, también tuvieron que soportar al Imperio

Aun cuando Rose no lo entendía, las disculpas de Ben eran honestas y con otro significado, uno personal, por sentirse responsable del daño que le había producido, directa e indirectamente.

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