LXVII. Iniciativa

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A causa de lo que había pasado en el Templo Jedi, ni Ben, ni Rey volvieron a tocar el tema en lo poco que les quedaba de día, por lo que en cuanto llegaron a la aldea, se esforzaron en hacerlos olvidar el asunto, al menos por el momento, hablando con ellos algunas trivialidades durante la cena. Cansados por la larga caminata que habían realizado, todos se despidieron temprano y se fueron a sus chozas

- Kadet y Heyden... – Dijo Rey en cuanto cerró la puerta tras de si

- Y opuestamente Nakia y Jayden – Agregó Ben adivinando a lo que se refería – Si, me di cuenta

- No termino de entender, Kadet siempre ha sido el más fuerte de los cuatro – Juzgó ella

- Si, en la fuerza o en combate, pero en lo que respecta a sus emociones... reprime mucho de sí mismo – Opinó Ben – Como si se tuviera miedo

- Tiene miedo a fracasar o al menos a lo que él considera fracasar – Agregó Rey

- Mmm, puedo llegar a imaginar que es lo que verá y sentirá en la gruta – Dijo él analizando lo que sabía de la historia del Padawan - Tal vez cuando lo supere vuelva a ser el más fuerte

- ¿Y quién crees que lo es ahora? – Preguntó ella curiosa

- Nakia – Respondió él como si fuera obvio - Luego haber huido de la Academia volvió diferente. Más segura de sus emociones y pensamientos, más hábil con los sables y más centrada en la fuerza que los demás

Rey se quedó pensando en aquello por un momento. Era cierto, Nakia había cambiado desde ese momento. Parecía más decidida de sus acciones y menos mordaz con sus comentarios, como si de pronto hubiera resuelto tomar un rumbo distinto, quizás uno más maduro.

Observó a Ben encender la fogata de la choza y en cuanto se puso de pie, se acercó a él para abrazarlo antes de que sus manos entraran en calor, metiéndolas por debajo de su ropa y plantándoselas de lleno en la espalda, arrebatándole una queja

- Te dije que me vengaría – Sonrió ella con malicia

- Mujer de palabra – Afirmó él con una mueca – Ya lo pillo

La tomó por la nuca, acercándose a sus labios y la besó por largo rato, aprovechando que la cercanía al fuego los abrigara un poco. Se acostaron en la cama, cubriéndose muy bien con las mantas

- Por cierto, quiero que sepas que no me parezco en nada a esas criaturas que vimos hoy - Dijo Ben de pronto

- Oh, claro que si – Rió ella mientras acariciaba su barbilla con los dedos - En especial cuando quieres pedirme algo

- Dijiste que eran adorables – Añadió él alzando una ceja - Yo no soy así

- Si lo eres – Respondió Rey - Eres lo más dulce que hay en la galaxia

- ¿Qué? ¿dulce? Soy un tipo temible, ¿sabes? – Insistió Ben - Creo que estás enamorada de mí y no piensas con claridad

- Es probable – Dijo ella soltando una carcajada, rodeándolo por el cuello con sus brazos, jugando con su pelo – Pero aun así, me encantan esos lindos ojos que tienes y cómo me miras con ellos. Me gustan sus matices marrones, incluso cuando estás molesto y parecieran oscurecerse un poco más

- Veo que me has prestado atención – Opinó Ben sonriendo halagado

- Siempre lo hago, a cada detalle tuyo

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