LIII. Ellos o nosotros

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Rey despertó ligeramente desorientada, sin saber muy bien qué hora era, ni cuánto tiempo había pasado desde que se habían dormido. Intentó reincorporarse, pero notó una fuerte punzada en la cabeza, que la hizo quedarse quieta de golpe, como si estuviera mareada. A pesar de que las cortinas estaban cerradas, todo le pareció muy brillante y molesto. Observó a Ben dormir y volvió a acomodarse a su lado, pensando en que si él no se levantaba, ella tampoco lo haría.

Se quedó largo rato observándolo, hasta que él se giró dormido, buscándola con sus manos para abrazarla y acoplarla a su cuerpo. Ella sonrió y cerró los ojos, dormitando por algún rato más

Una hora después, era Ben quien se despertaba, frunciendo el entrecejo por la incómoda luz que sentía le llegaba a los ojos. Hundió su cabeza en la almohada, al lado de la de Rey, quien estaba parcialmente despierta y aprovechaba de llevar su mano para acariciar el cabello de él con ternura. Les tomó un buen rato salir del estado de ensoñación.

- Me duele la cabeza - Dijo él en un gruñido

- Espera a que intentes levantarte – Respondió ella – Se pondrá peor

Ben se removió en la cama y se percató que todos sus músculos estaban adoloridos, como si hubiera estado entrenando por largas horas, varios días seguidos. Se sentía tan descompuesto, que se habría quedado en cama sin moverse todo el día.

- En serio, no volveré a beber – Dijo Ben, sobándose las sienes lentamente con la mano – Pero tú puedes hacerlo cuando quieras, con tal de que te pongas así de ardiente otra vez

- No necesito beber ningún extraño licor para hacerlo – Respondió ella

Una queja salió de sus labios en cuanto intentó acomodarse encima de él, haciendo que Ben se riera entre dientes de ella.

- Pero tal vez podría ser mañana – Agregó Rey, rindiéndose y dejándose caer a un costado – Cuando ya no me duela todo el cuerpo

Ben la abrazó y le acarició la espalda por algún rato, mientras bromeada con ella en su oído, recordándole algunas cosas de anoche, logrando que Rey largara varias carcajadas por como él relataba graciosamente lo sucedido. La besó con cariño y comenzó a hacerse la idea de tener que levantarse.

- Tenemos mucho más que conversar – Dijo Ben – Pero prefiero que sea cuando ya no estemos aquí

En cuanto se puso de pie, descubrió que ella tenía razón. Su cabeza dio unos fuertes golpeteos, por lo que caminó lentamente por la habitación, maldiciendo por lo bajo, mientras iba a buscar sus ropas para poder asearse. Rey llegó tras de él y el agua caliente les alivió los músculos.

Aprovecharon de regalarse un par de besos, pero no se distrajeron en ello, saliendo de la ducha para poder vestirse. Ben lo hizo con rapidez, ya que le llamaba la atención que nadie hubiese venido a golpear la puerta y como si le leyeran el pensamiento, resonaron en ese preciso momento unos golpes en ella, poniéndose el casco para poder atender

- Sr. Yazan buenas tardes, le traemos el desayuno o almuerzo a estas alturas del día – Dijo Jorus mientras las doncellas entraban a retirar lo de ayer y disponían la nueva alimentación - Veo que le gustó nuestro licor ¿Todo bien anoche? – Agregó mirando la botella vacía alzando una ceja con una graciosa expresión en el rostro

- Sin inconvenientes – Dijo Ben con una amplia sonrisa bajo el casco que ni siquiera se esforzó en disimular, puesto que sabía que él no podría verla

- Excelente, la Reina Tunka estará esperando a la Maestra Skywalker en el comedor – Contestó el hombre antes de retirarse junto con las doncellas

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