CII. Jamás lo dudes

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- Bien, estoy curiosa, ábrelo ya – Dijo Rey en cuanto entraron a la habitación que utilizaban en el Tantive IV

Ambos habían apurado la cena, con tal de poder desvelar prontamente el contenido de la caja, pero al abrirla, ninguno de los dos supo cómo reaccionar

- ¿Y esto que es? - Preguntó ella, tomando un objeto metálico con una extraña forma cónica

- Creo haberlo visto en el "Hexship Negro" – Opinó Ben – O quizás en la hologuía. Supongo que es para que lo uses

- ¿Yo?

- Claro, asumo que se... introduce – Explicó él, sonriendo

- También podría ser para ti – Bromeó Rey

- ¿Para mí? – Inquirió confuso - ¿Dónde podría meter...? – Se detuvo al verla sonreír – No, no olvídalo

- Bueno, es pequeño de todas formas – Expresó ella, analizando el objeto en su mano – Al parecer no vibra

Ben largó una carcajada

- No termino de entender su función – Señaló ella, dejándolo nuevamente en la caja, mientras tomaba una extraña botella de vidrio alargada que parecía contener algún tipo de líquido espeso trasparente - Jacen podría haber sido un poco más claro

- Tal vez para eso es este holodisco – Reflexionó él – Podríamos pedirle a BB-8 que lo reproduzca

- ¡Claro que no! – Consideró Rey – Lo primero que hará es llevarle el chisme a Poe y después de eso, no nos dejará tranquilos

- Cierto, a lo mejor mañana podrías conseguirte un computador portátil – Propuso Ben – Uno viejo que nadie use y nos lo traemos aquí para poder curiosear

Ella aceptó la idea, pues sería la única forma de mantener discreción en relación al tema. Ambos guardaron las cosas en la caja y se asearon para ir a dormir

- ¿Qué ocurre? – Preguntó Rey cuando se acostaba, al ver que él se quedaba de pie frente a la mesa de la habitación

- Es que... quería leer un poco – Respondió, en tono culpable

- Pues hazlo en la cama – Sonrió ella

Complacido, Ben se acomodó a su lado

- No te quedes mucho rato, mañana tenemos que entrenar – Le recordó Rey, besándolo en los labios, a modo de despedida

La observó en silencio, con la libreta en las manos. No fue hasta que notó que ella había caído en profundo sueño que empezó a leer. Las primeras hojas eran algo confusas en relación al lugar y el contexto de las situaciones de batalla, pero sin darse cuenta, se vio sumergido en cada palabra que estaba ahí escrita. Una hora después, sus ojos empezaron a arder suavemente, señal clara de que había llegado el momento de detenerse. Volvió a mirar a Rey y lanzó un suspiro. Nunca se había sentido tan en paz como ahora.

Al otro día, justo al alba, los cinco Jedi se reunieron en los hangares para emprender una caminata que los alejaría lo suficiente de la base de La Resistencia. Iban a paso tranquilo, con el fin de no cansar demasiado a Kadet antes de tiempo

- ¿Entonces... usted entrenaba aquí, Maestra? – Preguntó Nakia

- Hacía un largo circuito todos los días – Contestó – La General Organa me supervisaba de manera directa

YuanfenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora