CIII. Quien busca, encuentra

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Se quejó suavemente cuando sintió las manos de Rey hurgar entre sus cabellos. Según sus cálculos y muy probablemente aún no había amanecido, sin embargo, no estaba del todo seguro puesto que anoche, se había quedado hasta tarde leyendo el diario de aquel soldado clon desconocido. Intentó girar en la cama para abrazarla, pero ella se lo impidió

- No te muevas – Le dijo - Te estoy peinando

- Me estás haciendo los bollos ¿cierto?

Rey se rio y Ben suspiró, quedándose con los ojos cerrados hasta que terminó

- ¡Listo! – Anunció ella, satisfecha

- ¿Eres feliz? – Preguntó él

- Ssssi

- Debo verme ridículo – Vaticinó Ben, volteando para mirarla, sin levantar la cabeza de la almohada

- Un poco – Contestó Rey, mordiéndose el labio coquetamente – Aunque muy tierno

- No quiero verme tierno, quiero verme... respetable – Explicó él

- Quieres parecer temible, que es distinto – Opinó ella, alargando la mano para acariciarle la mejilla - ¿Lo extrañas? ¿el que otros te teman?

- Mmm, a veces – Confesó - Pero prefiero esta vida. Sin miedo y con tu amor

- ¿Ves como si eres tierno? – Expresó Rey con una sonrisa, mientras él rodaba los ojos

- Es solo contigo – Aclaró

- Lo sé

Se besaron con dulzura un par de veces, hasta que Ben comenzó a entusiasmarse y la abrazó para ponerla sobre sí mismo

- Lo siento, vas a tener que esperar unos días – Señaló ella

- Ah... por eso el pantalón – Dijo él, quien no le había dado mayor importancia al hecho de que no estuviera completamente desnuda - ¿Te sientes bien?

- Lo normal – Contestó Rey, apoyando la cabeza en su pecho

- ¿Quieres que vaya a buscar algo caliente para beber? – Preguntó Ben, acariciándole la parte baja de la espalda – Eso suele aliviarte

- Ya tomaré algo en el desayuno

Los ciclos menstruales no eran una novedad para él. Recordaba perfectamente los cambios de humor que sufría su madre cuando era niño, los cuales Han se empeñaba en empeorar, casi a modo de diversión

- Una vez al mes, las mujeres se ponen mucho más gruñonas de lo que habitualmente son – Le había explicado su padre, cuando tenía apenas nueve años – En especial tu mamá

- ¿Y por qué la haces enojar?

- Se ve sexy – Respondería Han – Ya lo entenderás cuando seas mas grande

Ben creció generalizando aquella idea, pero al estar con Rey, comprendió que su padre se equivocaba. Era cierto que el humor de ella cambiaba, pero simplemente se volvía un poco más sentimental de lo habitual, demandando cariño y atención.

- Podemos suspender el entrenamiento de hoy si quieres – Le sugirió

- No... - Contestó Rey, buscando su cuello para hundir la nariz en él – Solo abrázame un rato

YuanfenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora