Yuanfen

XI. Por todo

Los días pasaron tranquilos para ambos y con importantes mejorías en la salud de Ben, lo que la aliviaba enormemente y sin embargo no podía dejar de sentirse inquieta.

Rey no podía sentir a Finn con la misma intensidad innata que lo hacía con Ben,  pero si lo buscaba con la fuerza lograba detectarlo. Nunca lo hacía en verdad, con nadie. Siempre se esforzaba por respetar su privacidad y la de otros, pero anoche lo había hecho y el torbellino de emociones que ella descubrió en él era profundamente preocupante.

La puerta sonó y ella salió de sus pensamientos. Los cuatro Padawan entraron en la habitación y Rey se los presentó uno a uno a Ben, quien aun debía hablar lo menos posible. Él los escuchó atentamente, a cada uno de ellos y las anécdotas que le contaban, no pudiendo evitar sonreír ampliamente ante las bromas de los gemelos. Se sentía extraño, como si por primera vez no cargara con una profunda ansiedad.

Rey les contó a sus estudiantes que Ben era un Maestro Jedi como ella y que cuando se recuperara tal vez podría darles algunas clases importantes, puesto que él tenía un profundo conocimiento sobre la fuerza. Esa idea entusiasmó a los Padawan y también a Ben, que nunca se había planteado la idea de enseñar a otros lo que sabía. Se imaginó a si mismo dando clases y entrenando a su propia generación de Padawan y se sintió complacido ante la opción.

La visita tuvo que parar por la llegada de Leda, quien traía la alimentación, teniendo todos que despedirse, pero prometiendo volver pronto. Ben ya era capaz de comer solo, por lo que Rey le dejó un momento en la enfermería y salió junto a ellos. Le pidió a Kadet que le informara cómo iba el entrenamiento con los Younglings y con Finn. Las noticias de los pequeños eran positivas, pero no las que tenían que ver con su amigo.

- Sé que mi entrenamiento no ha terminado Maestra, pero puedo sentir claramente las emociones del Maestro Finn y personalmente siento que está desequilibrado, si me permite la confianza de decirlo. – Rey le asintió con la cabeza - Pareciera estar en conflicto consigo mismo, reprimiendo un profundo rencor y desilusión. Casi no habla con nosotros y sus entrenamientos son, bueno... un poco más bruscos de lo habitual. Camina errático por la Academia y luego se encierra en su habitación. – Concluyó.

Eran exactamente las mismas emociones que Rey había percibido en su amigo anoche, pero comprobarlo con Kadet le dejó una amarga sensación. Le agradeció a su Padawan por la información. Él hizo una profunda reverencia antes de retirarse, pero ella lo detuvo antes de que se fuera

- Sé que han seguido la rutina de entrenamiento tal y como les pedí y eso en parte se debe a tu liderazgo – Le dijo Rey - Gracias, estoy orgullosa de tus avances.

Kadet, que habitualmente era serio y ceremonioso, no pudo evitar sonreírle.

- He tenido una buena Maestra – le dijo sinceramente y volvió a reverenciar a modo de despedida.

En la tarde, Leda llevó a los Younglings a la enfermería para que Rey pudiera presentárselos a Ben. Eran inquietos y curiosos y escucharon atentamente cada una de las palabras que ella dijo, explicándoles lo mismo que a los Padawan. La posibilidad de conocer a otro Maestro Jedi había llenado sus rostros de ilusión. Se fueron deseándole una pronta mejoría.

- Lo has hecho bien – Le dijo pausadamente Ben para no forzar su garganta – Pese a los pocos años de entrenamiento. Tienen mucho potencial.

Rey se avergonzó un poco del comentario de Ben, principalmente por venir de él, un Jedi que había tenido un correcto y largo entrenamiento con Luke.

- No lo he hecho sola, Poe y Finn siempre me han ayudado – y notó la profunda tristeza que la invadía al pronunciar sus nombres. Ben también lo percibió.