LXXXII. Hexship Negro

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Antes de irse, Robcca les explicó los sistemas de seguridad que poseía esa habitación en particular, entregándoles la tarjeta y el código de la misma. En cuanto estuvieron solos, Ben dejó la mochila sobre una silla y se quitó el casco

 En cuanto estuvieron solos, Ben dejó la mochila sobre una silla y se quitó el casco

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- Bueno, no está tan mal – Opinó observando el lugar

- Pues sí, lo imaginé peor – Contestó ella mientras iba a curiosear a unas puertas que se hallaban al fondo, en un costado de la cama – Hay ropa aquí y pelucas

Rey tomó una de ellas y se la puso sobre la cabeza, mirando su reflejo en un alargado espejo que había al interior de aquel armario

- Tal vez sea una buena idea... – Comentó ella, pensativa

- No, yo no quiero fantasear con alguien que no seas tú – Dijo Ben acercándosele

- ¿Qué?

- ¿Qué?

- Ben, me refiero a que podría ser una buena idea para despistar a otros en relación a mi identidad – Aclaró Rey

- ¡Ahh!

- ¿Estabas pensando en el sexo? – Preguntó ella, con una mueca divertida

- Olvídalo – Expresó Ben, carraspeando y volcándose en revisar el armario – A ver que más hay aquí

- No, espera, pruébatela tú – Dijo ella con una amplia sonrisa, mientras se quitaba la peluca

Ben puso los ojos en blanco, pero dobló sus rodillas para agacharse a su altura, dejándola que se la pusiera. Rey arrugó la nariz

- Definitivamente no te queda – Consideró - Aunque si fuera más corta u ondulada...

- Me veo ridículo – Señaló él, observándose en el espejo, sacándosela inmediatamente

- Podría ser una opción para que no tuvieras que usar el casco - Analizó Rey

- Ya, pero ahora que lo modificamos tiene sus ventajas... ¡Ajá! mira esto – Dijo Ben mostrándole un conjunto de ropa femenina muy pequeña, como si su objetivo fuese solo cubrir partes específicas del cuerpo

- No creo que me quede – Conjeturó ella, tomándolo y descubriendo lo delicado que era aquel encaje negro - De todas formas qué sentido tiene, dudo que dure mucho tiempo con esto puesto

- Es verdad – Respondió él riendo entre dientes - Pero te verías sexy

La besó inesperadamente, con más ímpetu del que pretendía, obligándola a aferrarse de su cuello para no perder el equilibrio

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