LIV. Apuesta

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En cuanto el "Desconcierto" entró en el carguero y fue depositado en el hangar por el rayo tractor, Rey abrió la rampa para salir por ella.

- Estamos seguros – Le dijo a Ben – Conozco a esta gente

Con resquemor, él guardó su sable, intentando cubrirlo con la chaqueta. Seguía sin entender que ocurría, pero no se detuvo a pensar o a cuestionar su comentario, yendo tras de ella.

Observó a lo menos a siete personas que los apuntaban con diferentes armas y caminando directamente hacia Rey venía un hombre, varios años mayor que ella, con cabello verde amarrado en una coleta y una curiosa pigmentación del mismo tono, en sus orejas y parte de sus mejillas

Observó a lo menos a siete personas que los apuntaban con diferentes armas y caminando directamente hacia Rey venía un hombre, varios años mayor que ella, con cabello verde amarrado en una coleta y una curiosa pigmentación del mismo tono, en sus o...

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- Me debes 3 cajas de cargamento – Le dijo Rey, cruzándose de brazos mientras se paraba en la mitad de la rampa

- ¡Qué dices! - Respondió él

- ¡Me robaste! – Dijo ella

- Esas cajas estaban abandonadas – Aclaró el hombre, que subía lentamente a su encuentro

- ¡Claro que no! sus dueños estaban cargando otras – Contestó ella - ¡A 5 metros de distancia!

- Haberlo pensado, antes de dejarlas sin supervisión – Dijo él con astucia

- Sigues debiéndonos el cargamento Jacen – Insistió Rey llevándose ambas manos a la cintura – Es eso o los créditos equivalentes

- Acabo de salvarte la vida ¿y así me agradeces? Qué tal si mejor me pagas la apuesta que tenemos pendiente – Dijo el hombre acercándose demasiado a Rey, tomándole el rostro con ambas manos

La furia de Ben creció frenética en su pecho, pero se encapsuló de golpe al ver como ella le atestaba un fuerte rodillazo en la entrepierna, haciendo que Jacen se doblara de dolor, dando un paso hacia el costado, perdiendo el equilibrio y cayendo estrepitosamente desde la rampa de la nave al suelo.

Las risotadas de la tripulación no se hicieron esperar y todos bajaron las armas

- Idiota – Dijo ella entre dientes, volteándose a mirar a Ben

Él observaba la escena paralizado y con un remolino de emociones que iban desde la cólera, hasta la satisfacción por cómo Rey certeramente había mantenido a raya a aquel tipo. Ella se le acercó preocupada al notar sus emociones y posición corporal.

- Ben... todo está bien – Le dijo poniendo sus manos en su pecho para transmitirle calma – No sabía que haría eso

Él comprimía con fuerza su mandíbula, mientras se aferraba al bláster que tenía en la pierna y mantenía apretado su puño izquierdo

YuanfenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora