XXXVI. El Mandaloriano

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- ¿Crees que puedas resguardar la seguridad de él y su aldea? – Preguntó Rey mientras miraban un mapa holográfico de Sorgan

- Puedo intentarlo, pero nunca hemos tratado antes con Mandalorianos – Contestó Poe – Ni siquiera sabía que aún existían

- No tienes que tratar con Mandalorianos, solo con él – Dijo ella – La mayoría de ellos actualmente se mantiene en Mandalore con sus clanes y pocos se aventuran por la galaxia, en especial después de lo que pasó allí en las Guerras Clon y la época del imperio

- ¿Cómo sabes todo eso? – Preguntó curioso, pero Rey no le contestó

- Solo envía a una persona de confianza que le haga saber que podemos ofrecerle ayuda – Dijo ella

- ¿No sería mejor que tú le enviaras un mensaje?

Rey lo meditó un rato, pero terminó de parecerle una buena idea. Poe buscó a BB-8 para que grabara la comunicación, pero ella no sabía bien que decir. No podía entregar demasiada información en caso de que por algún motivo la comunicación nunca llegara.

- Mando...Dijo ella mirando hacia la cámara del droideMe he enterado de lo que ha pasado. No parece ser al azar y espero que... esté seguro. Mantente en contacto si necesitas ayuda.

BB-8 se removió y sacó de su cuerpo una placa metálica con el mensaje y se lo entregó a Rey.

- ¿Qué cosa tiene que estar segura? – Preguntó Poe mirándola seriamente – Sé que nos ocultas algo y eso no me gusta. Tienes que darnos toda la información posible sobre lo que sea, en especial si puede ayudarnos a detener estos ataques

El tono de exigencia en la voz de Poe no le gustó en absoluto a Rey. Ella sabía muy bien que pese a que a su amigo no le gustaban las cuestiones políticas, tenía un juramento de lealtad con La Resistencia y por ende con  la Nueva República, uno que él bajo ningún concepto traicionaría, no por honor a sus padres. A menos claro, que sus propias cuestiones morales o éticas se vieran afectadas.

Dudó un momento, pero le dijo que esperaran a que Ben volviera del entrenamiento para conversar, lo que pasó cerca de una hora después. Llamaron a Finn y se encerraron los cuatro en la sala de reuniones.

- Bien... lo primero que les informaré – Dijo ella mirando a Poe y a Finn - es que Jayden terminó su sable, por lo que podemos empezar a entrenar en eso

- ¡Genial! – Dijo Finn notoriamente orgulloso – una buena noticia al menos

- Sí, pero no estamos aquí por eso – Dijo Poe ansioso

Rey, que era la única que no estaba sentada en la mesa, se movió por el lugar y se apoyó pensativa contra el muro. No sabía bien como contarles sin decir demasiado.

- Hace 3 años, o tal vez 4, ya no recuerdo bien, tuve un sueño curioso sobre un lugar en específico, algo parecido a lo que me pasó con Ben y con Hoth, solo que esa vez nadie me llamaba, no al menos conscientemente – Dijo ella - Estuve buscando por largas semanas características que se asemejaran a ese lugar y cuando lo encontré, decidí ir. Me puse a buscar sensibles a la fuerza, pero descubrí otras cosas...

Rey suspiró haciendo una pausa y se cruzó de brazos, llevándose una mano a la boca

- Cuando el Imperio cayó, algunos remanentes de él siguieron ansiando mantenerlo a flote con diversas acciones a través de la galaxia – Continuó explicando ella intentando ordenar las ideas en su cabeza y viendo como Ben asentía con la cabeza ante esa información – El punto es que por esa época y por cosas del destino, un Mandaloriano que trabajaba como caza-recompensas se topó con un encargo muy codiciado: Una criatura altamente sensible a la fuerza que por algún motivo, ellos querían con desesperación. Traicionó a su gremio y le tomó largos años mantenerlo seguro, pero por algún motivo "el niño" no era del todo lo que Mando suponía

YuanfenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora