XXXI. Vigilante

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Rey se removió en la cama y se estiró desperezándose. Miró al costado y se percató que Ben no estaba ahí, lo cual era habitual, pues siempre solía despertarse antes que ella. Se levantó y lo llamó buscándolo por la cabaña, pero tampoco lo encontró.

Se sentía extraña, como ligeramente atontada, como si hubiera dormido demasiadas horas y al prestar un poco más de atención a su entorno, descubrió que casi era medio día. Se sorprendió muchísimo y se metió a la ducha, vistiéndose con rapidez para ir a la Academia

En el camino se percató de algo que la paralizó. No sentía a Ben, no de la misma manera que siempre. Su presencia era lejana, como si no estuviera realmente ahí y apuró el paso, con una idea en su cabeza.

Vio a Finn a lo lejos, pero lo ignoró  y en vez de irse a la Academia, se dirigió directo a los hangares, sintiendo que el pecho se le oprimía.

-          ¡Rey! – Gritó Finn que venía tras de ella junto con Poe

Ella los miró desorientada, como si se sintiera mareada. Finn, preocupado, la tomó por el brazo al verla pálida y miró a su amigo

-          Rey, escúchame, sé que estás alterada, pero era necesario, no podíamos hacer esta misión sin ayuda. Él estará bien, él... ¿Rey? – Dijo Poe al ver el cambio en el semblante de ella y cómo lo miraba a los ojos cargada de furia

-          ¿¡LO MANDASTE A TU ESTÚPIDA MISIÓN!? – Grito ella

Se armó un tumulto entre ellos. Rey se removía ferozmente en los brazos de Finn, quien había alcanzado a sujetarla e intentaba afirmarla, mientras Poe intentaba explicarle lo que había pasado, pero ella no quería escucharlo, solo golpearlo.

Rey se deshizo del agarre y se abalanzó sobre el piloto, dándole un buen golpe en la mejilla. Finn se puso tan nervioso, que usó la fuerza para detenerla y para su sorpresa, funcionó

-          ¡Suéltame Finn! – Le gritó ella

-          ¡No!, no hasta que te calmes y nos escuches – Contestó Finn, quien no creía en sus propias palabras, pues le estaba costando trabajo mantener el enganche

-          Él se ofreció en ayudarnos Rey, solo quiere protegerte, igual que nosotros – Le dijo Poe sobándose la cara

Esas palabras hicieron que ella se quedara quieta de pronto, respirando agitadamente. Poe y Finn se miraron en silencio y  luego de unos minutos se acercaron para abrazarla

-          Va estar bien, Rey – Le dijo Finn

-          Si te sirve de consuelo, estaba muy acongojado por dejarte – Le dijo Poe – en especial por dejarte sola con nosotros dos, ya sabes...

Rey hundió su cabeza entre los brazos de sus amigos, dejando que la calidez de ambos la calmara, pero a causa de los nervios, no pudo evitar temblar frustrada.

Estaba confundida, desorientada, dolida y por un breve momento, su corazón y su mente la habían traicionado de la peor manera,  haciéndole perder el sano juicio. Ella sabía hacia dónde la llevarían aquellas emociones, por lo que se esforzó en alejarlas de sí.

-          Él te ama  - Dijo Poe de pronto, haciendo que ella levantara su vista hacia él, soltándose del abrazo – Volver a tu lado es su única motivación

-          ¿Cómo lo sabes? – Preguntó ella sin pensar demasiado

-          También he estado enamorado... sé cómo se siente – Contestó él

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