Capítulo 1 - Sam

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Aquí comenzaría el libro 2

Casi doce años después...

A LA DISTANCIA
Múnich, Baviera, Alemania

14 de julio, 2025

Decir que Miha se había convertido en la persona más importante en mi vida —después de mi familia— a lo largo de estos años era poco, pero, aunque la amaba, había veces en que no la soportaba, como en esa mañana.

—No es muy difícil dejar tu ropa en la habitación —le reclamé, recogiendo el desastre de uniformes sucios que dejó a un lado del sofá.

—Lo siento, Sam —sonrió terminando de vestirse.

—¿Cuándo dijiste que te ibas?

En respuesta me enseñó el dedo medio y volvió a entrar a la habitación de huéspedes.

Miha había estado casi un año en medio oriente —sin mí— como parte de un equipo médico del ejército y tenía planeado quedarse un poco más por lo que subarrendó su apartamento en la ciudad. Sus planes terminaron cuando, hace tres meses, me uní a su equipo en Alepo, Siria, y la vi muy cansada. La obligué a volver a penas terminamos con la primera misión. Era noble lo que hacían los doctores allá, pero Miha no podía descuidar su propia salud.  

—¿Clary y tú ya pusieron fecha para la boda? —preguntó mientras caminábamos al hospital con nuestros cafés en mano. 

—Se lo propuse un mes antes de ir a rescatarte, Miha, no hemos hablado de eso aún.

—Regresamos hace dos semanas, a lo mejor deberías sacar el tema —sugirió, encogiéndose de hombros—. Clary es de las que sueñan con el día de su boda desde niñas y ya saben como será su vestido, la recepción y todo. Apuesto que incluso ya reviso en que tiendas encontrara su vestido perfecto. 

Enganchó su brazo con el mío sin dejar de caminar.

—No sé si quiero casarme pronto —suspiré observando con detenimiento la calle. Ya estábamos cerca del hospital, por lo que se veían las ambulancias estacionadas a lo lejos—, digo, si quiero casarme con Clary, mas adelante, en el futuro. Aún somos jóvenes y... —aparté las palabras que mi subconsciente quiso decir al segundo de pensarlas—. Quiero ir de misión un poco más, pero creo que a Clary no le gustará que esté viajando a los lugares más peligrosos del mundo, como ella dice.

—Si, Clary no aguanta nada —se burló Miha—, se espanta cuando va a urgencias del hospital.

—Igual si tienes razón, luego hablaré con ella de eso.

—Yo solo doy una opinión como tu amiga, Sammy, no soy la fan número uno de Clary, pero es buena y ayer tenía un montón de revistas de novias en su oficina —hizo una mueca de terror, también fingió un escalofrío.

Cruzamos la puerta de urgencias y varias de las enfermeras nos saludaron.

—¿Quieres tomar algo en la noche? Podemos ir al bar mientras me quejo del jefe contigo.

—No puedo, no tienen cirujano de guardia en el hospital del municipio y me ofrecí a cubrirlo.

—Supongo que tendré que aprovecharme de Travis, que me queda —se encogió de hombros con una sonrisa malévola. 

Pobre Travis. 

Tomó su bata y dejó un beso en mi mejilla.

—Un montón de parturientas me esperan, te veo para almorzar —se despidió.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora